La ola de calor que azota a la mayoría de los municipios chiapanecos ha generado diversas consecuencias, una de ellas es en los dispositivos móviles, especialmente en los iPhones. La batería de los dispositivos electrónicos contiene fluidos en su interior que pueden evaporarse cuando la temperatura se eleva demasiado.
Los sensores como el de voltaje pueden verse dañados, lo que provoca que el iPhone no entienda a qué ritmo cargarse y lo haga demasiado rápido, provocando que los electrolitos se dañen y la vida útil de la batería quede reducida permanentemente.
El iPhone tiene su propio sistema de seguridad que desactiva el uso de su interfaz cuando nota que está demasiado caliente, aunque también notaremos otros efectos, como no poder usar el flash de la cámara o una reducción del rendimiento general del iPhone.
Para evitar que el iPhone sufra demasiado calor, se sugiere no dejarlo bajo la luz directa del sol ni dentro de un coche aparcado en la calle. Si se tiene aire acondicionado, se puede dejar cerca de él. Si se nota que el iPhone se calienta mucho, se debe dejar de usarlo y apagarlo.
Si se está cargando, se recomienda usar un cable y no mediante carga inalámbrica. También se puede limitar el uso de aplicaciones intensivas, como juegos o servicios que dependan de un uso continuado de los GPS.
Otra solución para los usuarios que usan mucho el teléfono bajo el sol veraniego por trabajo son los ventiladores que se acoplan a la trasera del iPhone mediante MagSafe. Estos disipan el calor del interior del teléfono y por lo tanto cuidan de la batería y alargan su vida.
No es algo imprescindible, pero puede ser una opción a considerar para quienes necesitan usar el teléfono por largos periodos en condiciones extremas de calor.
Es importante recordar que la batería de un iPhone es un elemento fundamental del dispositivo y que un buen cuidado de ella alarga su vida útil y su rendimiento.
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