Tener un automóvil implica mucha responsabilidad, no solo en el manejo o aplicar correctamente el reglamento de transito, sino tambien en su cuidado y mantenimiento.
Del mismo modo es muy importante preparar tu calibrador de llantas y también poner atención en los detalles que marcarán la diferencia durante tus trayectos diarios.
Cualquier neumático necesita contar con cierta cantidad de aire en su interior para que se infle y pueda rodar, el calibrado de llantas es precisamente la presión correcta a la que deben inflarse dependiendo del modelo de vehículo que se tenga, ya que de eso depende el tamaño del neumático y la cantidad de aire que necesitará.
Beneficio
Tener el nivel de presión adecuado puede beneficiar el desempeño de tus llantas y por lo tanto el de tu auto, así como ayudarte a ahorrar gasolina con un buen rendimiento y a mantenerte lejos de muchos percances, para conocer la calibración correcta de tus neumáticos puedes acudir a revisar el manual que el automóvil trae de fabrica, esta medida también puede estar pegada en el marco de la puerta del conductor, en la guantera o en la tapa del depósito de gasolina.
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Proceso
Si cuentas con un calibrador de llantas la tarea de saber si están infladas correctamente será algo todavía más sencillo. Tendrás que hacerlo “en frío”, es decir tras haber estado detenidas o que hayan recorrido menos de dos kilómetros.
Para comprobar el inflado puedes visitar tu llantera más cercana o, como ya lo mencionamos, ayudarte de un calibrador de llantas con el que podrás medir el inflado de cada una incluida la refacción y checar que se encuentren correctamente calibradas. Si por ejemplo la presión recomendada es de 32 psi y en frío midieron 28 psi, deberás llevarlas a ajustar y volver a medirlo. Si tras esta medición marcan 34 psi deberás pedir que añadan 4 psi, y posteriormente checar una vez más en frío para estar seguro de que se encuentran en el nivel adecuado.
Consecuencias de una mala calibración
Si inflamos de menos las llantas, se colapsarán los laterales y se moverá mucho más en las curvas, además de lastimar la parte interior. El área del contacto se flexionará hacia adentro, teniendo mayor desgaste en los laterales y cerrando los canales que drenan el agua en caso de lluvia. Si por el contrario infláramos de más las llantas, se flexiona hacia arriba el centro, teniendo mucho mayor desgaste y mucha menor área de contacto. Esto además volvería al vehículo mucho más nervioso e inestable.