En una conmovedora historia de resiliencia y emprendimiento, Misael Villatoro Jiménez, un joven de 26 años de edad con discapacidad auditiva y de lenguaje, junto a su esposa, quien también presenta las mismas discapacidades, ha construido una vida llena de amor y éxito en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
La pareja se conoció en Querétaro hace algunos años, ambos en proceso de atención médica. Con el tiempo, unieron sus vidas y ahora residen en la colonia La Salle en Tuxtla Gutiérrez, donde han formado una familia con su hija de un año.
A pesar de sus desafíos, Misael ha encontrado su vocación en la elaboración de tascalate en polvo, una bebida tradicional de Chiapas. Siguiendo las enseñanzas de su abuela, Misael compra los ingredientes, que incluyen semillas de cacao, maíz blanco, azúcar y achiote. Cada uno de estos ingredientes pasa por un proceso de tostado, molienda y mezcla para obtener el polvo que se utiliza para preparar una bebida refrescante, ya sea con agua o leche, a la que se le agrega hielo.
El tascalate es una bebida muy apreciada y tradicional en la mayoría de los hogares de Tuxtla Gutiérrez, y Misael se dedica a la venta del polvo bajo la marca "Tascalate Chiapaneco". Sus productos se venden a 500 pesos la bolsa de medio kilogramo y a 100 pesos la bolsa de un kilogramo.
Misael recibe asesoramiento de su abuela en el proceso de producción, y para la venta de su producto en las calles de Tuxtla Gutiérrez, recibe el apoyo de su amiga María Jiménez, quien también presenta el producto como "Tascalate Chiapaneco" 100 por ciento natural con leche.
El producto se anuncia en las redes sociales, como en Facebook bajo el nombre "Tascalate de Chiapaneco Sordo," en Instagram como "tascalate_de_chiapaneco_sprdo," y se pueden hacer pedidos a través del número de teléfono 961 276 8227 con WhatsApp, donde Misael Villatoro Jiménez lee los mensajes y se encarga de la gestión de los pedidos de su producto.
Misael se considera afortunado de que la comunidad le compre su producto, y esta es su única actividad económica. Solo trabaja en el proceso con la ayuda de su abuela, y la colonia La Salle es su principal centro de distribución y venta. Desde tempranas horas del día, inicia su jornada laboral, y en un día exitoso, llega a vender hasta 40 kilogramos de tascalate, aunque hay días más difíciles en los que vende menos.
El joven emprendedor ha estado involucrado en la venta de tascalate desde una edad temprana, entre los 10 y 15 años, y su abuela ha sido su maestra y guía en todo el proceso. Su llamado a la sociedad es que le compren su producto cuando lo vean vendiendo el "Tascalate de Chiapaneco Sordo".
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A pesar de las discapacidades que enfrentan, Misael y su esposa, junto con su hija, han encontrado la felicidad en su vida familiar. María Jiménez, amiga y colaboradora de Misael, comparte la alegría que experimenta al ayudar en la venta del producto y ser parte de su éxito. La niña de un año no presenta ninguna discapacidad, lo que llena de felicidad a la familia.
La historia de Misael Villatoro Jiménez es un recordatorio de que las personas con discapacidades pueden superar desafíos y encontrar su camino hacia una vida plena y satisfactoria.
