Un trasplante de rostro le devolvió la sonrisa después de intentar de suicidarse, la historia de Cameron Underwood.
EL jovén de Cameron Underwood se disparó en la cara en junio de 2016, en un intento por quitarse la vida.
El resultado fue la pérdida de la mayor parte de la mandíbula inferior, la nariz y casi todos sus dientes. La parte superior de su cara y su paladar también sufrieron daños importantes.
Tras operaciones dolorosas por meses todo parecía indicar que la cirugía reconstructiva tradicional no podía hacer mucho más. Fue entonces cuando la madre de Cameron leyó un artículo sobre cómo el doctor Eduardo Rodríguez había llevado a cabo un trasplante facial en 2012.
En enero de 2018 un equipo médico de integrado por más de 100 personas realizó una cirugía de 25 horas a Cameron en el centro de salud Langone de la Universidad de Nueva York, y su recuperación se reveló esta semana.
La operación se realizó tan solo 18 meses después del intento de suicidio de Cameron que, según el centro, es el período más corto entre lesión y cirugía en la historia de EE. UU.
El donante fue William Fisher, un joven de 23 años, quien falleció seis meses después.
La cirugía estuvo a cargo del doctor Eduardo D. Rodríguez, quien dijo que, junto con los avances médicos, fue la determinación de Cameron de sobrevivir lo que ayudó a que la cirugía fuera un éxito.
Al final todo depende del paciente. Cameron hizo su parte y asumió los compromisos necesarios
Eduardo D. Rodríguez
"Estoy muy agradecido de tener un trasplante de cara porque me ha dado una segunda oportunidad en la vida", dijo el joven de 26 años en una conferencia de prensa en Nueva York, Estados Unidos, el jueves pasado.
