/ martes 27 de febrero de 2024

Palabra de Antígona / Límites de la paridad

La paridad electoral, entre hombres y mujeres está establecida en la Constitución Mexicana desde 2014, el artículo 41 Constitucional precisa que los partidos políticos deben postular paritariamente sus candidaturas tanto en el Congreso Federal como en los congresos locales pero para hacer justicia a las mujeres, y que la paridad sea costumbre, es necesario romper las estructuras del poder dominante.

Lo que hay es mucha resistencia en las cúpulas partidarias y en la base social, donde se sigue sin entender que paridad es igualdad, es 50 y 50. No reconocerlo es lastimar la calidad de la democracia porque las mujeres no somos un grupo, somos más de la mitad de la población, tenemos derecho a ser la mitad del poder.

Hasta hoy, 19 países en todo el mundo han legislado sobre paridad e igualdad en las urnas. Ecuador, Bolivia, Costa Rica, Nicaragua, México, Canadá, Bélgica, Francia, Dinamarca, Letonia, Luxemburgo, Suecia, Islandia, Portugal, Irlanda, Grecia, España, Alemania y Países Bajos en Europa. Todavía hay mucho camino que andar.

A 10 años de la reforma Constitucional en México, las mujeres enfrentan grandes dificultades. Se sigue escatimando el reparto de los recursos para sus campañas electorales; los partidos políticos se niegan a dotarlas de dinero y capacitación en igualdad con los hombres a las candidatas les regatean los tiempos en los medios de comunicación asignados por el INE y encima se las violenta o desestima.

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Para marzo, veremos toda clase de triquiñuelas, asignaciones en distritos con muy pocas ventajas de éxito o trampas en el reparto de lugares en las listas de plurinominales. Las discusiones serán amargas. No las puedo imaginar en los mil 800 municipios, diputaciones locales o la integración de las planillas donde se asignen concejalas.

Y es que no se entiende. Diez años después, la batalla es ideológica. La paridad es 50 por ciento en cada elección, no son cuotas o concesiones. Se habla de las mujeres como grupo; alegan que deben demostrar sus capacidades, lo que no se pide a los hombres.

En 2021 “logramos” hacer paritarias las candidaturas para los gobiernos estatales. Hoy volverán los pretextos y la discusión, en las elecciones de gubernaturas en 9 entidades, 4 y 5, o 5 y 4. Ya veremos los sainetes.

Aunque el Consejo General del INE acordó, por unanimidad, que los partidos o coaliciones deberán destinar el 50 por ciento de su financiamiento público para las candidaturas de mujeres y el mismo porcentaje para el acceso a los tiempos de radio y televisión, las dirigencias partidarias, de todos los niveles, intentarán todo para no cumplir.

Las denuncias abundarán ¿Qué hará el INE?, lo que hemos visto hasta ahora es que la autoridad electoral no ha conseguido un buen mecanismo para atender las quejas, muchas que no se tramitan con la debida diligencia.

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Si a las mujeres se las deja en desventaja la paridad será una simulación. Es inadmisible incluirlas como “relleno”, enviadas a su suerte en “tómbolas” o que se argumente la autonomía de los partidos para decidir qué es democracia y que no.

La igualdad electoral es Constitucional. ¿No lo entienden? Vamos a ver estos días, diferencias y muchos pretextos. Pienso que esto no es democracia, lo que está en el fondo es la resistencia patriarcal.

Siguen pensando que las mujeres valemos menos que los hombres. Lo que puede convertir a la igualdad en mera simulación, en un deseo, en un engaño. Veremos.

*Periodista, directora del portal informativo http://www.semmexico.mx

La paridad electoral, entre hombres y mujeres está establecida en la Constitución Mexicana desde 2014, el artículo 41 Constitucional precisa que los partidos políticos deben postular paritariamente sus candidaturas tanto en el Congreso Federal como en los congresos locales pero para hacer justicia a las mujeres, y que la paridad sea costumbre, es necesario romper las estructuras del poder dominante.

Lo que hay es mucha resistencia en las cúpulas partidarias y en la base social, donde se sigue sin entender que paridad es igualdad, es 50 y 50. No reconocerlo es lastimar la calidad de la democracia porque las mujeres no somos un grupo, somos más de la mitad de la población, tenemos derecho a ser la mitad del poder.

Hasta hoy, 19 países en todo el mundo han legislado sobre paridad e igualdad en las urnas. Ecuador, Bolivia, Costa Rica, Nicaragua, México, Canadá, Bélgica, Francia, Dinamarca, Letonia, Luxemburgo, Suecia, Islandia, Portugal, Irlanda, Grecia, España, Alemania y Países Bajos en Europa. Todavía hay mucho camino que andar.

A 10 años de la reforma Constitucional en México, las mujeres enfrentan grandes dificultades. Se sigue escatimando el reparto de los recursos para sus campañas electorales; los partidos políticos se niegan a dotarlas de dinero y capacitación en igualdad con los hombres a las candidatas les regatean los tiempos en los medios de comunicación asignados por el INE y encima se las violenta o desestima.

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Para marzo, veremos toda clase de triquiñuelas, asignaciones en distritos con muy pocas ventajas de éxito o trampas en el reparto de lugares en las listas de plurinominales. Las discusiones serán amargas. No las puedo imaginar en los mil 800 municipios, diputaciones locales o la integración de las planillas donde se asignen concejalas.

Y es que no se entiende. Diez años después, la batalla es ideológica. La paridad es 50 por ciento en cada elección, no son cuotas o concesiones. Se habla de las mujeres como grupo; alegan que deben demostrar sus capacidades, lo que no se pide a los hombres.

En 2021 “logramos” hacer paritarias las candidaturas para los gobiernos estatales. Hoy volverán los pretextos y la discusión, en las elecciones de gubernaturas en 9 entidades, 4 y 5, o 5 y 4. Ya veremos los sainetes.

Aunque el Consejo General del INE acordó, por unanimidad, que los partidos o coaliciones deberán destinar el 50 por ciento de su financiamiento público para las candidaturas de mujeres y el mismo porcentaje para el acceso a los tiempos de radio y televisión, las dirigencias partidarias, de todos los niveles, intentarán todo para no cumplir.

Las denuncias abundarán ¿Qué hará el INE?, lo que hemos visto hasta ahora es que la autoridad electoral no ha conseguido un buen mecanismo para atender las quejas, muchas que no se tramitan con la debida diligencia.

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Si a las mujeres se las deja en desventaja la paridad será una simulación. Es inadmisible incluirlas como “relleno”, enviadas a su suerte en “tómbolas” o que se argumente la autonomía de los partidos para decidir qué es democracia y que no.

La igualdad electoral es Constitucional. ¿No lo entienden? Vamos a ver estos días, diferencias y muchos pretextos. Pienso que esto no es democracia, lo que está en el fondo es la resistencia patriarcal.

Siguen pensando que las mujeres valemos menos que los hombres. Lo que puede convertir a la igualdad en mera simulación, en un deseo, en un engaño. Veremos.

*Periodista, directora del portal informativo http://www.semmexico.mx