Pakal, también conocido como Pakal el Grande, emerge como una figura destacada en la historia de la civilización maya, gobernando la ciudad-estado de Palenque en lo que hoy es el estado mexicano de Chiapas. Nacido alrededor del año 603 d.C., Pakal ascendió al trono de Palenque en el año 615 d.C. a la temprana edad de 12 años, tras la muerte de su padre, el gobernante anterior.
Su reinado se caracterizó por su excepcional longevidad, extendiéndose por más de 68 años, lo que lo convierte en uno de los gobernantes más duraderos de la civilización maya. Durante este período, Palenque experimentó un notable florecimiento cultural, arquitectónico y político.
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Uno de los logros más sobresalientes de Pakal fue la construcción del Templo de las Inscripciones, una imponente estructura funeraria que alberga su sarcófago y es considerada una obra maestra de la arquitectura maya. El sarcófago de Pakal está adornado con una elaborada losa que simboliza su ascensión al inframundo y su conexión con el cosmos, lo que ha suscitado especulaciones y teorías sobre una posible influencia extraterrestre en la civilización maya.
Además de sus logros en el ámbito arquitectónico, Pakal también demostró ser un gobernante militar exitoso, expandiendo el territorio de Palenque y estableciendo alianzas con otras ciudades-estado mayas. Durante su reinado, Palenque alcanzó su apogeo como centro político, económico y cultural en la región maya.
Aunque han pasado siglos desde su reinado, la figura de Pakal el Grande continúa siendo objeto de fascinación y estudio en la actualidad. Su legado perdura en las ruinas arqueológicas de Palenque, que son uno de los sitios arqueológicos más importantes de México y un destino turístico destacado para los entusiastas de la historia y la arqueología.
El impacto de Pakal el Grande trasciende las fronteras del tiempo, dejando un legado duradero que sigue inspirando y asombrando a las generaciones presentes y futuras con su grandeza y visión.