Los artesanos de ámbar en Chiapas enfrentan desafíos económicos y de mercado, ya que en los últimos cinco años no han recibido apoyo significativo por parte de los gobiernos federal y estatal para la transformación y comercialización de sus productos. Hernán Torres García, presidente de la Unión de Artesanos del Ámbar de Chiapas, señala que la crisis de mercado se ha intensificado desde 2020, afectando negativamente a los productores y comerciantes.
A pesar de la inversión y la calidad de la materia prima, los artesanos luchan por obtener ingresos adecuados. Un kilogramo de ámbar de calidad inferior, que cuesta alrededor de 2,500 pesos en su estado natural, puede generar ingresos de 3,000 a 5,000 pesos después de su transformación en joyas. Sin embargo, la compra de un kilogramo de resina fosilizada de alta calidad por 15,000 pesos puede resultar en ingresos duplicados, pero se necesita inversión y asegurar clientes antes de realizar la transformación.
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Los artesanos elaboran una amplia gama de productos, desde pulseras hasta esculturas, utilizando ámbar de diferentes calidades. El costo de las joyas de ámbar varía desde 50 pesos hasta más de 100,000 pesos, dependiendo de la calidad y el diseño. Sin embargo, la crisis de mercado y la falta de apoyo han afectado las ventas y han llevado a la migración de mineros que trabajan con equipos rudimentarios.
Torres García destaca la importancia del ámbar como recurso cultural y artesanal, con colores únicos y características que lo convierten en uno de los mejores a nivel mundial. Sin embargo, la falta de apoyo del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (IMPI) y el Fondo Nacional Artesanal (FONAR) ha dejado a los artesanos en desventaja y ha limitado su capacidad para mejorar sus procesos y acceder a nuevos mercados.
Los artesanos hacen un llamado a las autoridades para que brinden apoyo y reconozcan la importancia del ámbar como parte del patrimonio cultural y artístico de Chiapas. La falta de respaldo ha llevado a una situación de desventaja, y los artesanos esperan que los gobiernos federal y estatal reconsideren su posición y proporcionen el impulso necesario para fortalecer la industria del ámbar en la región.