En una denuncia ciudadana anónima, se revela una preocupante situación que afecta a los trabajadores del transporte público en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez. Desde hace más de un mes, los choferes de la ruta 69 enfrentan jornadas completas sin descanso, después de que se les prohibiera intercambiar turnos con sus compañeros.
Esta restricción, impuesta por el presidente el ingeniero Montero, quien dicta las órdenes, y su contador, Montalvo, ha dejado a los conductores en la obligación de cubrir un turno completo, que va desde las 5 a.m. hasta las 9:30 p.m. Esta extenuante rutina, denunciada por un trabajador que prefirió mantener su identidad en el anonimato, se ha convertido en una preocupación creciente.
La denuncia surge en medio del trágico accidente ocurrido el pasado 9 de Octubre, cuando un vehículo de la ruta 9105 se vio involucrado en un fatal incidente a la altura del libramiento norte, cobrando la vida de tres personas y dejando a más de catorce heridas de gravedad. Este suceso ha marcado y consternado a la comunidad de Tuxtla Gutiérrez.
El denunciante subraya la gravedad de trabajar sin descanso todos los días de la semana, destacando la falta de respuesta por parte de la Coordinación de Transporte para abordar esta problemática. La persona afectada busca que se escuchen sus peticiones y que se respeten sus derechos laborales, con el objetivo de prevenir futuros accidentes y proteger a la ciudadanía.
El entrevistado anónimo apunta que estas estrictas regulaciones no solo afectan la calidad de vida de los choferes, sino que también ponen en riesgo la seguridad de los pasajeros. Además, señala que esta práctica se utiliza como un medio para retener a los conductores, ya que la mayoría se ve obligada a dobletear.
"La mayoría de los choferes han experimentado momentos de somnolencia durante su turno, y algunos compañeros han llegado a quedarse dormidos al volante. Hasta ahora, no hemos tenido un accidente grave en esta ruta, pero si la situación persiste, es solo cuestión de tiempo antes de que ocurra una tragedia", advierte el denunciante.
La necesidad imperante de proveer para sus hogares impide a estos choferes renunciar a su única fuente de ingresos. Sin embargo, la fatiga acumulada comienza a pasar factura y la preocupación por la seguridad de todos los involucrados se vuelve cada vez más apremiante.
El denunciante también hace hincapié en el estado precario de las unidades, señalando que el contador Montalvo y el ingeniero Montero, propietarios de los vehículos, no les brindan el mantenimiento adecuado. Esta situación no solo pone en peligro la vida de los conductores, sino también la de los usuarios.
La denuncia planteada por este trabajador refleja una situación crítica que exige una pronta intervención de las autoridades pertinentes para garantizar la seguridad y bienestar de los colectiveros y la comunidad en general.