Mariela Martínez Gallegos, es una mujer dedicada al aseo de calzado en la Plaza La Libertad, en calle central entre primera y segunda avenida sur en el centro de Tuxtla Gutiérrez, cuando se pensaba que está actividad era solo para varones, las mujeres han incursionado y ella es un ejemplo dice, al igual que dos de sus hijas, el próximo 8 de marzo Día Internacional de la Mujer lo celebrará trabajando como siempre, solo descansa los domingos y los sábados suspende jornada laboral a las dos de la tarde.
Ella vive en la colonia Shanka en el norte de Tuxtla Gutiérrez, se levanta muy temprano, dice para realizar su actividades del hogar, a las siete de la mañana ya se va a su centro de trabajo en la Plaza La Libertad, donde lleva ya 14 años dedicadas al asesor de calzado, también costura zapatos, pinta cinturones, mochilas y chamarras de piel.
Cuenta en entrevista que decide incursionar en el aseo de calzado por no tener estudios, en la misma plaza trabaja un hermano suyo, otros amigos varones que lo cuidan, también están al pendiente de sus dos hijas que también asean calzado con un costo de 25 y 30 pesos, en el día tienen ingresos desde cien pesos a 300 pesos a un poco más, suficiente dice para los alimentos del día.
Martínez Gallegos revela que al principio le fue difícil incursionar, tenía otro trabajo, le daba pena llegar a su área de trabajo, preparar sus herramientas, equipos, insumos, colocar su silla pequeña y esperar los clientes, se sentía un poco rara, pero así se fue acostumbrando cuando ya veía que la preferían los clientes para asear su calzado, contó con el dolor de su corazón que tuvo una hermana tuvo una hermana mayor que ella con 38 años aseando calzado pero el año pasado falleció, ahora sigue su legado tratando bien a los clientes.
Antes de asear calzado doña Mariela Martínez Gallegos se dedicaba al asesor de casas y lavar ropa, ahora dice que tiene días malos y días buenos en su actual trabajo, los días que menor ingreso alcanza obtiene cien pesos, pero hay días mejores, sus clientes los consigue invitando a los que pasan por ahí a asear su calzado, les ofrece reparación de calzado, a unos menos de la plaza central de la capital del estado, desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, aveces siete y ocho de la noche, más de una jornada de ocho horas, compañeros suyos se quedan hasta las 9 de la noche.
Es madre soltera y desea seguir trabajando para el bienestar de sus hijos, el mayor tiene 30 años, son cuatro, pero tienen nietos, algunos de sus niños le acompañan al lado mientras ella trabaja, invita a la población a buscarla, a constatar la calidad de sus servicios, su vocación es servir con calidad y este espacio ella le llama el hospital del calzado, y desea seguir en esta actividad hasta que Dios se lo permita.
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