El arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Fabio Martínez Castilla, señaló que la marcha realizada el día de hoy en la Ciudad de México para festejar el cuarto año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es una señal de que está poniendo sus últimos clavos.
“Yo creo que el Presidente está haciendo su féretro… Creo que estos pataleos son imprudencias, es un Presidente que no ama a su pueblo, que no respeta a su pueblo, porque yo creo que lo menos que debimos hacer todos los ciudadanos ante la marcha del día 13, fue descubrir que la voz del pueblo quiere decirnos algo, que no todo está bien”.
Por ello, considero necesario corregir el camino, ya que a pesar de que en varias ocasiones repitió que no habría acarreados, en los videos que se han estado compartiendo por redes sociales demuestran lo contrario; “Yo desde que oí que el Presidente dijo que no va haber acarreados, dije sí va haber acarreados”.
Por otro lado, al ser cuestionado sobre la declaración del activista Reynaldo Pérez, donde manifiesta que alrededor de 20 defensores de derechos humanos de Chiapas han recibido amenazas, el jerarca católico dijo que todos los que trabajan por causas buenas deben unirse y así tocar la puerta de instituciones que garanticen su protección.
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“A veces eso pasa, hacemos una cosa buena pero somos solos, en cambio si son 20 activistas y compartimos quién te amenazó y todo, podemos hacer entonces fuerza, nosotros los obispos actuamos así en Chiapas, por ejemplo cuando es algo serio dicen los Obispos de Chiapas, porque si dices tú solo es más fácil que te ‘venadeen’”.
Por ello dijo hay que ser prudentes, pero eso no significa dejar de hacer sino unir esfuerzos, ya que siempre el que hace el bien en este mundo correrá el riesgo, pero sí se unen esfuerzos, loas agresores pensarán bien las cosas antes de hacerlo, “en cambio si estamos solitos nos van a eliminar uno por uno”.
Cabe destacar que este es el primer domingo de adviento, es decir, es momento de iniciar la preparación de la navidad y sobre todo de crecer como personas y como comunidad en el amor a Dios y en la caridad fraterna.