Trabajadores realizan limpieza a los muros y puerta principal del Templo de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Tuxtla Gutiérrez, que sufrió puntas durante la marcha de colectivos feministas la tardes del pasado miércoles.
Frente a las ideologías que atentan contra la dignidad humana, las personas creyentes y personas de buena voluntad, deben conocer sus mecanismos de engaño y tener argumentos de peso para responder y ponerles límites, manifiesta la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez.
Expresa el respeto a la vida humana desde su concepción hasta su término natural, analizar los retos que la posmodernidad le presenta a las nuevas generaciones como el valor de la familia en este cambio de época.
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Durante la marcha de colectivos feministas del pasado miércoles en la capital del estado, el Templo de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, resultó con puntas, con leyendas y frases demandando al Congreso del Estado una legislación que autorice la interrupción legal del embarazo.
La Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez ha fijado su postura en ese sentido, previo a la manifestación de los colectivos, el pasado domingo celebró una jornada de reflexión que denominó: "Por la vida y la familia, profetas de hoy", que congregó a jóvenes, familias, sacerdotes, religiosas y obispos, en la que dejaron claro el respeto a la vida.
La recomendación de la Iglesia Católica en Tuxtla Gutiérrez a la población es a la reflexión de estos temas que tienen que ver con la vida humana, mientras que los colectivos feministas consideran que debe haber una legislación estatal que autorice la interrupción legal del embarazo.
La invitación de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez a los cerca de 2 mil 500 jóvenes congregados el domingo es precisamente reflexionar sobre su vida y los retos que se les presentan, para darle rumbo a la luz del evangelio y la propuesta de vida que Jesús les hace.
“Queremos expresar nuestro compromiso con cercanía, confianza y diálogo mutuo, para reconocerlos como protagonistas de una transformación social y sujetos de una nueva etapa en la evangelización en nuestras comunidades juveniles, desde un proyecto de vida, orientado hacia su propia santidad".
Sabemos que muchos jóvenes de México expresan su respeto por los valores evangélicos y un gran deseo de conocer más profundamente a Cristo; que aprecian el acompañamiento cercano de sus pastores y que participan con alegría y un gran entusiasmo, pidiendo ser tomados en cuenta con responsabilidades dentro de la Iglesia”.