/ viernes 15 de septiembre de 2023

Carrereando la Chuleta | Que no sea un grito de horror

Estamos en el mes patrio y a punto de cenar pozolito, tacos, tamales, atole, a lo mejor unos buñuelos o unos elotes, acompañados de un mezcal, un tequila, agua de jamaica...

En realidad yo ya estoy contando las horas, aunque más allá de la comedera, la fecha es importante, es la conmemoración del inicio de esta patria llamada México. ¿Y qué es México?

Habrá montones de opiniones, de frases patriotas, muy patriotas, aunque a veces la realidad, lo que actualmente estamos viviendo como sociedad es más bien preocupante, decepcionante.

Tenemos una sociedad a la que le encanta estirar la mano y ahora desde chiquillos, que con las becas de la primaria, que con los jóvenes no sé qué, que si sale mamá soltera, que si ya es viejita. Y no es que esté en contra de que se apoye a los más vulnerables, en el caso de los adultos mayores, por ejemplo, efectivamente ya poco podrían hacer para mejorar sus condiciones de vida, pero de ahí en fuera ¿que no sería mejor exigir y trabajar por oportunidades para todos? Para que nadie tuviera la necesidad de depender de eso poco o mucho que se les da y que por el contrario, los chamacos tuvieran desayuno y comida en la escuela, por ejemplo, nutritivo, balanceado, en lugar de que los papás paguen el Avon o las chelas. Que los jóvenes no se fueran a comprar cigarros o celulares con "su" dinero, que por si nadie les ha dicho es de todos los que pagamos impuestos, no de ellos. En lugar de eso que como parte de su educación, como se hace en otros lados, ya fueran viendo para qué son buenos y trabajaran a la par de los estudios, no que salen de los bachilleratos a las 12 o una de la tarde y ahí los vemos deambulando y perdiendo el tiempo el resto del día. No caería nada mal una segunda jornada técnica, deportiva, artística.

Creo que hay muchas mejores opciones que aventar dinero en programas sociales que está comprobado no sacan de la pobreza casi a nadie, pero que son buenísimos a la hora de las elecciones. O de qué otra manera explicamos que con resultados paupérrimos sigan vigentes desde hace décadas, algunos.

¿Qué vamos a festejar en realidad? ¿Que cada vez más jóvenes y niños mexicanos quieren mejor ser influencers o narcos? ¿Que la delincuencia parece ser la mejor opción? Dónde queda entonces ese amor por esta tierra, ese empeño en hacerla mejor, en todos sentidos.

Que por cierto, ojalá en estas fechas dieran tregua y nos dejaran festejar en paz esos que no quieren ni tantito a este país, ojalá no haya balaceras ni muertos, que podamos festejar sin asaltos, sin que se metan a nuestras casas mientras no estamos o nos quiten el coche a punta de pistola. Y no estoy hablando de un lugar, ciudad o estado en específico, para nuestra mala suerte los vándalos andan por doquier y ya no hacen distingos de ningún tipo.

Reconozco que yo sí me emociono viendo ondear nuestra bandera, que presumo a mi país, que claro que tiene un montón de cosas buenas, por eso me preocupa tanto verlo así de descompuesto socialmente, y eso es culpa compartida ¡eh!, gobiernos, sociedad, que incluye empresas, organizaciones.

Ya no quisiera escuchar gritos de horror, de llanto por la violencia. Ojalá este sea un verdadero grito de gozo, un ¡Viva México!, que nos haga recordar de qué estamos hechos y que vale la pena luchar por uno de los lugares más maravillosos del planeta Tierra. Comentarios a rgonzález@diariodelsur.com.mx

Estamos en el mes patrio y a punto de cenar pozolito, tacos, tamales, atole, a lo mejor unos buñuelos o unos elotes, acompañados de un mezcal, un tequila, agua de jamaica...

En realidad yo ya estoy contando las horas, aunque más allá de la comedera, la fecha es importante, es la conmemoración del inicio de esta patria llamada México. ¿Y qué es México?

Habrá montones de opiniones, de frases patriotas, muy patriotas, aunque a veces la realidad, lo que actualmente estamos viviendo como sociedad es más bien preocupante, decepcionante.

Tenemos una sociedad a la que le encanta estirar la mano y ahora desde chiquillos, que con las becas de la primaria, que con los jóvenes no sé qué, que si sale mamá soltera, que si ya es viejita. Y no es que esté en contra de que se apoye a los más vulnerables, en el caso de los adultos mayores, por ejemplo, efectivamente ya poco podrían hacer para mejorar sus condiciones de vida, pero de ahí en fuera ¿que no sería mejor exigir y trabajar por oportunidades para todos? Para que nadie tuviera la necesidad de depender de eso poco o mucho que se les da y que por el contrario, los chamacos tuvieran desayuno y comida en la escuela, por ejemplo, nutritivo, balanceado, en lugar de que los papás paguen el Avon o las chelas. Que los jóvenes no se fueran a comprar cigarros o celulares con "su" dinero, que por si nadie les ha dicho es de todos los que pagamos impuestos, no de ellos. En lugar de eso que como parte de su educación, como se hace en otros lados, ya fueran viendo para qué son buenos y trabajaran a la par de los estudios, no que salen de los bachilleratos a las 12 o una de la tarde y ahí los vemos deambulando y perdiendo el tiempo el resto del día. No caería nada mal una segunda jornada técnica, deportiva, artística.

Creo que hay muchas mejores opciones que aventar dinero en programas sociales que está comprobado no sacan de la pobreza casi a nadie, pero que son buenísimos a la hora de las elecciones. O de qué otra manera explicamos que con resultados paupérrimos sigan vigentes desde hace décadas, algunos.

¿Qué vamos a festejar en realidad? ¿Que cada vez más jóvenes y niños mexicanos quieren mejor ser influencers o narcos? ¿Que la delincuencia parece ser la mejor opción? Dónde queda entonces ese amor por esta tierra, ese empeño en hacerla mejor, en todos sentidos.

Que por cierto, ojalá en estas fechas dieran tregua y nos dejaran festejar en paz esos que no quieren ni tantito a este país, ojalá no haya balaceras ni muertos, que podamos festejar sin asaltos, sin que se metan a nuestras casas mientras no estamos o nos quiten el coche a punta de pistola. Y no estoy hablando de un lugar, ciudad o estado en específico, para nuestra mala suerte los vándalos andan por doquier y ya no hacen distingos de ningún tipo.

Reconozco que yo sí me emociono viendo ondear nuestra bandera, que presumo a mi país, que claro que tiene un montón de cosas buenas, por eso me preocupa tanto verlo así de descompuesto socialmente, y eso es culpa compartida ¡eh!, gobiernos, sociedad, que incluye empresas, organizaciones.

Ya no quisiera escuchar gritos de horror, de llanto por la violencia. Ojalá este sea un verdadero grito de gozo, un ¡Viva México!, que nos haga recordar de qué estamos hechos y que vale la pena luchar por uno de los lugares más maravillosos del planeta Tierra. Comentarios a rgonzález@diariodelsur.com.mx