El licenciado Rutilio Escandón Cadenas, gobernador electo de Chiapas, al hablar en el foro Taller para la Aplicación de Fondos Federales, expresó conceptos muy interesantes sobre lo que será su futuro gobierno a través del cambio real que tanto exige la gente. Determinante dijo que el suyo será un gobierno que trabaje directamente con la sociedad, porque el pueblo de Chiapas votó por un cambio, pero no por un cambio de personas, sino por un cambio autentico, verdadero que se refleje en todas las acciones, principalmente en el manejo de los recursos públicos.
Sobre el cambio en las acciones del gobierno, Escandón Cadenas ha hablado con reiteración por ser la tesis que enarbola el futuro presidente de México Andrés Manuel López Obrador, ya que ambos futuros gobernantes saben que es urgente darle al pueblo un cambio verdadero no un brochazo que borre momentáneamente las manchas de otras épocas para que luego vuelva a surgir como estigmas persistentes.
El cambio que persigue López Obrador, lo define y lo ordena el pueblo de México, lo que se debe acatar sin reservas.
Más de 30 millones de mexicanos votaron para que López Obrador fuera el presidente de México y así, en treinta estados de la república triunfó como no había acontecido en ninguna otra elección federal, su victoria fue inobjetable y desde ahí se advirtió la imposibilidad de realizar ningún fraude o manera turbia para tratar de arrebatar ese triunfo, como ya había sucedido en la elección del 2006.
De ahí a la par de un triunfo legitimo va también unida la esperanza ferviente de que el cambio se de en México como una exigencia que no debe ni puede dar marcha atrás. El cambio que se demanda no sólo es de personas también lo es de acciones y realizaciones que tengan que ver con el bienestar de un pueblo arrollado por el hambre, la desigualdad y la marginación.
Hay que tomar en cuenta que son 54 millones de mexicanos los que viven con hambre y todo tipo de carencias y varios de esos millones son víctimas de la pobreza extrema y que fueron arrojados a esa suerte infame y mísera por la galopante corrupción a la que tanto López Obrador como Rutilio Escandón, buscan eliminar sin complacencias.
En México no puede darse la política del “gatopardo” de pretender cambiar para que al final todo siga igual, por esto se requiere de una aguda visión para advertir y detectar aquellos espacios donde de alguna manera se hayan colado los corruptos para echarlos de inmediatos antes de que contaminen el ambiente limpio que se aspira a respirar en México y en Chiapas a partir de mes de diciembre de 2018.
Manifestó Escandón que la sociedad chiapaneca tiene hambre de cambio y de que el dinero público se utilice para las causas más sensibles. Esas causas más sensibles a que se refiere don Rutilio tienen relación con el combate a la pobreza y hambre que sufren los chiapanecos sobre todo tantos entornos indígenas que viven de milagro y mueren de inanición.
Ha sido el destino trágico de Chiapas, el sufrimiento de la gente pobre que hace tiempo perdió la esperanza en sus instituciones por no haber recibido ningún beneficio a sus deprimentes e ingentes necesidades. No sabemos si de esto se deba de responsabilizar a los gobiernos que han sido o las circunstancias que persisten como la incomunicación, la vivencia en parajes recónditos o la falta de educación y salud que no alcanza a llegar a los marginados ni a los hombres, mujeres y niños relegados en la sierra y la montaña.
Parece muy sencillo hablar de cambio pero Escandón Cadenas conoce cuál es la dimensión y el reto de un cambio verdadero que transforme y redima a los grupos más requeridos dispersos en la geografía chiapaneca. No es difícil darle al pueblo un pan del tamaño de su hambre, todo consiste en llevar alguno de los tantos recursos que se manejan para el bienestar de esos sectores, siempre y cuando ello sean prioritarios en la mente del gobernante que bien puede distribuir lo que maneja el erario para levantar a la gente humilde de su tradicional postración. Lo más interesante y esperanzador, es que don Rutilio es hombre de izquierda, de esa izquierda progresista que busca favorecer, antes que nada, a las mayorías.
Hay que esperar confiados la realidad de ese cambio que sólo lo pueden intentar y concretar los hombres de bien que comulgan con la izquierda solidaria.
COLOFÓN.- Michelle Bachelet, expresidenta de la República de Chile y ahora presidenta del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, asistirá a la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador el próximo uno de diciembre. Es significativa esta presencia por lo que Bachelet representa en el mundo, una mujer de izquierda que se opuso firmemente, a la dictadura de Pinochet y además realizó en Chile una labor ejemplar de unidad y bienestar que hizo brillar a la democracia consagrando los Derechos Humanos del pueblo Chileno. La noticia fue dada a conocer por el futuro canciller Marcelo Ebrard.
