/ domingo 10 de marzo de 2019

UNIVERSIDAD Y SINDICALISMO

Cuando se planteó en la época del presidente Luis Echeverría, la posibilidad de que en las universidades penetrara el sindicalismo, un reputado académico advirtió que darles tal facultad de cohesión a los sindicatos, significaba el quiebre de la espina dorsal de las universidades, porque serían exigidas prestaciones salariales y todo tipo de prerrogativas a estas instituciones de cultura, como si se tratara de empresas generadoras de recursos para responder a las demandas sindicales y a sus propias necesidades fincadas en la buena marcha del negocio donde la equidad determina las negociaciones.

Otros académicos sostuvieron que no se afectaría a las universidades porque los sindicalistas no serían personas desligadas de la institución, sino entes componentes de su misma estructura que bien comprenderían lo que afectara y no osarían en plantear demandas imposibles de conceder, ya que las universidades se mantienen de los recursos que les otorgaba el gobierno y que se identificaban como subsidios legalmente asignados. Al parecer ese espíritu de comprensión a las posibilidades de las universidades, se ha mantenido a través del tiempo y los universitarios que son los mismos sindicalistas, no se atreverían a llevar a su “alma máter” al caos que pudiera surgir de una huelga o paro, consecuencia de alguna violación al contrato colectivo de trabajo que bien puede superarse con buenas razones poniendo en primer lugar el espíritu universitario.

Pero no en todas las universidades se ha procedido con ese espíritu de solidaridad porque en varios casos la ambición, el hecho de obtener conquistas que representan altas erogaciones y que se conceden por lenidad, por temor y aún por irresponsabilidad, ha campeado la intransigencia en las deliberaciones entre autoridades y un sindicalismo, que termina imponiendo su criterio en perjuicio de toda la universidad que refrena sus objetivos esenciales como son la expansión de la cultura, de la investigación, del aprendizaje y del cultivo de la inteligencia.

Infortunadamente la nuestra, la Universidad Autónoma de Chiapas, ha caído en estos vicios porque la autoridad rectoral, por comodidad o para evitar discusiones bizantinas, así lo ha permitido. No es que sean conquistas sindicales, son consecuencias del temor de hacer ver lo injusto de las demandas y las consecuencias que consigo traen.

Ahora la Unach cuenta con un rector de firme trayectoria académica que no permitirá que la injusticia y las peticiones descabelladas lo avasallen.

El otorgamiento de privilegios que están fuera de la razón, ha llevado a nuestra universidad a engrosar todos los años la enorme deuda histórica que ahora tiene y que no ha podido menguar por las constantes y cada vez más excesivos planteamientos del sindicalismo que cuando se enfrenta a una negativa con argumento razonables, lejos de responder igual, con la razón, grita se exalta y hasta insulta a los interlocutores. Esto no pude ser el sindicalismo universitario donde debe imperar la cultura, el respeto mutuo, la dignidad del trato recíproco, decente y no los gritos ensordecedores de la vociferación.

La universidad chiapaneca está infectada de muchos vicios, hay empleados que dentro de su penuria intelectual, ganan más que su respectivo jefe por el hecho de que algún rector alcahuete les concedió una plaza que los acredita como académicos, cuando están muy distantes de serlo por no contar con estudios ni siquiera de secundaria o preparatoria. Esto es lo que quiere corregir el rector y quiere que la Unach tenga el rango de las grandes universidades que someten las plazas vacantes a concurso de oposición para exaltar, cada vez más, el academicismo universitario.

Una mujer es la actual secretaria general del Sindicato de Personal Académico, con la que se sostienen pláticas para llegar acuerdos concretos y salir adelante en las demandas planteadas. Es una lideresa de cultura que conoce lo que es la academia y la lucha por enaltecerla, por cuanto que fue la coordinadora de la Universidad a Distancia. Tiene el deber, junto con los sindicalistas que lo acompañan, de comprender las razones del rector y apoyarlo en todo lo que sea justo, aunque esa justicia hiera el falso sentir de algunos que le rinden tributo a la injusticia.

Esta universidad ya no puede seguir fomentando vicios, porque llegará el momento en que todo sea rebasado y sea inútil cualquier esfuerzo de reincorporación. Por intransigencias sindicales, nadie tiene derecho a sacrificar a la universidad por lo que no se puede alegar, como precedente, la lenidad con que actuaron otros rectores y que solo lograron fortalecer los vicios como amorfas conquistas de la sinrazón. Toda la comunidad, debe tener muy en cuenta que ninguna Universidad sobrevive cuando está asentada sobre bases deleznables. La Unach tiene, por ahora, bases firmes, los universitarios no deben permitir que los vicios recurrentes carcoman y deterioren sus estructuras.

El rector Carlos F. Natarén Nandayapa, es un humanista responsable y visionario, quiere una universidad de vanguardia y de ejemplos señeros, no persigue ninguna ambición personal y menos el desvió de la cultura y de la ciencia, su reconocida integridad no se lo permite y esto mueve a reconocer, sin eufemismos, que la Unach cuanta con un rector a la altura de sus aspiraciones.

COLOFÓN.- El gobernador Rutilio Escandón Cadenas, expresó su solidaridad a los familiares de los migrantes centroamericanos muertos y heridos en el tramo carretero Soyaló-Ixtapa y recalcó que se brindara la ayuda que sea requerida a las víctimas de este suceso. Los 33 lesionados fueron internados para su atención en el Hospital “Dr. Jesús Gilberto Gomes Maza”.

Cuando se planteó en la época del presidente Luis Echeverría, la posibilidad de que en las universidades penetrara el sindicalismo, un reputado académico advirtió que darles tal facultad de cohesión a los sindicatos, significaba el quiebre de la espina dorsal de las universidades, porque serían exigidas prestaciones salariales y todo tipo de prerrogativas a estas instituciones de cultura, como si se tratara de empresas generadoras de recursos para responder a las demandas sindicales y a sus propias necesidades fincadas en la buena marcha del negocio donde la equidad determina las negociaciones.

Otros académicos sostuvieron que no se afectaría a las universidades porque los sindicalistas no serían personas desligadas de la institución, sino entes componentes de su misma estructura que bien comprenderían lo que afectara y no osarían en plantear demandas imposibles de conceder, ya que las universidades se mantienen de los recursos que les otorgaba el gobierno y que se identificaban como subsidios legalmente asignados. Al parecer ese espíritu de comprensión a las posibilidades de las universidades, se ha mantenido a través del tiempo y los universitarios que son los mismos sindicalistas, no se atreverían a llevar a su “alma máter” al caos que pudiera surgir de una huelga o paro, consecuencia de alguna violación al contrato colectivo de trabajo que bien puede superarse con buenas razones poniendo en primer lugar el espíritu universitario.

Pero no en todas las universidades se ha procedido con ese espíritu de solidaridad porque en varios casos la ambición, el hecho de obtener conquistas que representan altas erogaciones y que se conceden por lenidad, por temor y aún por irresponsabilidad, ha campeado la intransigencia en las deliberaciones entre autoridades y un sindicalismo, que termina imponiendo su criterio en perjuicio de toda la universidad que refrena sus objetivos esenciales como son la expansión de la cultura, de la investigación, del aprendizaje y del cultivo de la inteligencia.

Infortunadamente la nuestra, la Universidad Autónoma de Chiapas, ha caído en estos vicios porque la autoridad rectoral, por comodidad o para evitar discusiones bizantinas, así lo ha permitido. No es que sean conquistas sindicales, son consecuencias del temor de hacer ver lo injusto de las demandas y las consecuencias que consigo traen.

Ahora la Unach cuenta con un rector de firme trayectoria académica que no permitirá que la injusticia y las peticiones descabelladas lo avasallen.

El otorgamiento de privilegios que están fuera de la razón, ha llevado a nuestra universidad a engrosar todos los años la enorme deuda histórica que ahora tiene y que no ha podido menguar por las constantes y cada vez más excesivos planteamientos del sindicalismo que cuando se enfrenta a una negativa con argumento razonables, lejos de responder igual, con la razón, grita se exalta y hasta insulta a los interlocutores. Esto no pude ser el sindicalismo universitario donde debe imperar la cultura, el respeto mutuo, la dignidad del trato recíproco, decente y no los gritos ensordecedores de la vociferación.

La universidad chiapaneca está infectada de muchos vicios, hay empleados que dentro de su penuria intelectual, ganan más que su respectivo jefe por el hecho de que algún rector alcahuete les concedió una plaza que los acredita como académicos, cuando están muy distantes de serlo por no contar con estudios ni siquiera de secundaria o preparatoria. Esto es lo que quiere corregir el rector y quiere que la Unach tenga el rango de las grandes universidades que someten las plazas vacantes a concurso de oposición para exaltar, cada vez más, el academicismo universitario.

Una mujer es la actual secretaria general del Sindicato de Personal Académico, con la que se sostienen pláticas para llegar acuerdos concretos y salir adelante en las demandas planteadas. Es una lideresa de cultura que conoce lo que es la academia y la lucha por enaltecerla, por cuanto que fue la coordinadora de la Universidad a Distancia. Tiene el deber, junto con los sindicalistas que lo acompañan, de comprender las razones del rector y apoyarlo en todo lo que sea justo, aunque esa justicia hiera el falso sentir de algunos que le rinden tributo a la injusticia.

Esta universidad ya no puede seguir fomentando vicios, porque llegará el momento en que todo sea rebasado y sea inútil cualquier esfuerzo de reincorporación. Por intransigencias sindicales, nadie tiene derecho a sacrificar a la universidad por lo que no se puede alegar, como precedente, la lenidad con que actuaron otros rectores y que solo lograron fortalecer los vicios como amorfas conquistas de la sinrazón. Toda la comunidad, debe tener muy en cuenta que ninguna Universidad sobrevive cuando está asentada sobre bases deleznables. La Unach tiene, por ahora, bases firmes, los universitarios no deben permitir que los vicios recurrentes carcoman y deterioren sus estructuras.

El rector Carlos F. Natarén Nandayapa, es un humanista responsable y visionario, quiere una universidad de vanguardia y de ejemplos señeros, no persigue ninguna ambición personal y menos el desvió de la cultura y de la ciencia, su reconocida integridad no se lo permite y esto mueve a reconocer, sin eufemismos, que la Unach cuanta con un rector a la altura de sus aspiraciones.

COLOFÓN.- El gobernador Rutilio Escandón Cadenas, expresó su solidaridad a los familiares de los migrantes centroamericanos muertos y heridos en el tramo carretero Soyaló-Ixtapa y recalcó que se brindara la ayuda que sea requerida a las víctimas de este suceso. Los 33 lesionados fueron internados para su atención en el Hospital “Dr. Jesús Gilberto Gomes Maza”.

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