En la zona alta del Municipio de Tapachula hay unejido llamado Pavencul que está en lo más alto de este lugar. Hay1039 habitantes. Pavencul está a 2016 metros de altitud. Estalocalidad ha vivido en pobreza extrema desde siempre. Antes solo sellegaba subiendo y bajando los enormes cerros en camino deherradura. Pavencul no produce mucho por su altura. En pocaspalabras están dejados de la mano de Dios. El creador nunca pasópor este lugar. Por fortuna la situación ha cambiado. Por suactitud aguerrida han logrado que se haya pavimentado una carreterade Tapachula a Pavencul.
Gracias a las gestiones de la maestra Evelyn AmableCampos Córdova -secretaria de la presidencia de Neftalí Armandodel Toro Guzmán- hizo posible que don pepe, director deProtección Civil, me hiciera la campaña de autorizar un choferoperativo -como dice su nombramiento-, para que me llevara aPavencul. La cita era a las ocho y media de la mañana en lasoficinas de protección Civil, a un lado del Auditorio Cafetaleros.A las nueve de la mañana ya estábamos enrumbados a la Zona Altade Tapachula. Salimos rumbo a la carretera de la Ruta del Café ynos desviamos por el rumbo del ejido Rafael Urbina. Fuimos viendoun paisaje precioso. El Volcán Tacaná y su falda nos alegraba lavista. En el camino nos detuvimos a la orilla de una cascada adesayunar unos tamales gigantes que nos puso de itacate don Pepe,para el camino. El agua la compramos en un Oxxo al salir deTapachula.
Fue una subida al cielo, siempre subir y subir. Elclima caluroso de Tapachula fue dejado atrás y un frescor nosacompañó todo el camino. Era un camino emputecido de verdor -comodecía mi maestro Marco Aurelio Carballo. Escuchábamos lo ruidosde la selva tropical, ríos, cascadas, pájaros… Eraimpresionante los desfiladeros que nos llenaban de asombro y hastaun poco de miedo.
Al llegar a Pavencul nos encontramos con el famosomercado que lo hace famoso en la comunidad. Poco despuésestábamos platicando con el jefe ejidal. Un hombre sencillo que lahace de juez. Le pedí que nos regalara un poco de su tiempo paraque nos hablara sobre Pavencul. Y él nos pasó a una pequeñaoficina y nos dijo:
-Este lugar ha vivido en pobreza extrema. Mi padretrabajó bastante por la familia y por la gente de acá. Yo notengo muchos estudios, pero represento la ley aquí a través delos “Usos y Costumbres” de la comunidad.
Nosotros fuimos aguerridos y esto fue para podersobrevivir. Aquí no se da casi nada. Todo viene de fuera. Másarriba se produce papa y trigo. Abajo se da el café. Aquí estamosa dos mil y pico sobre el nivel del mar.
Este lugar perteneció a lafinca Covadonga y ahí nos tenían como esclavos (habla en nombrede sus mayores). Pero después fue expropiada esta finca que teníauna inmensidad de hectáreas. De esa gran finca se formaron variosejidos.
Aquí no se vende cerveza yningún licor, está prohibido. Algunos de la comunidad laempezaron a vender, pero fueron castigados. Es una manera decontrolar el alcoholismo. Si quieren beber que se vayan a otracomunidad.
El primer político que vinopara acá fue José Antonio Cueto Citalán vino en helicóptero yla gente lloraba. Pensaron que era el fin del mundo. Nunca habíanvisto uno. Después llegó Absalón Castellanos y nos prometiótodo. Haré esto y aquello. Construiré aquí y allá. No cumpliónada. Puro bla, bla, blá.
Después fui a caminar por su mercado y me metía aconocer su iglesia católica en la montaña. En el mercado compréunas papas fritas. Lo que se llama papás a la francesa. Muysabrosas en aquél frío. Casi todas las latas provienen deGuatemala. A las dos o tres de la tarde hay sol y sientes confort,pero si te metes a una casa o cabaña sientes frío.
Poco después veníamos de regreso disfrutando lospaisajes. Más abajo comencé a disfrutar la flor color crema delos cafetos. Una verdadera maravilla. A título de colofón nopuedo más que decir que Amable fue muy amable. Dios me labendiga.