Familiares de Alejandro Guillén García, joven de 27 años que residía en el municipio de Bochil, dieron a conocer que a casi cinco meses de haber salido de casa con rumbo a Estados Unidos, se desconoce su paradero.
Fue el pasado 6 de julio cuando emprendió el viaje, primero llegó a Monterrey, Nuevo León; después partiría a Piedras Negras, Coahuila y caminaría por tres días más en el desierto para llegar a Houston, Texas, sin embargo, desconocen si llevó a cabo o no la ruta trazada.
Salma Graciela Pérez Ávalos, esposa de Alejandro señala que con el objetivo de generar un mejor futuro a sus hijos, optó por migrar a Estados Unidos, pero tres días después de haber salido de Chiapas, la persona encargada de ayudarle a cruzar la frontera norte del país le informó mediante una llamada telefónica que el joven había desaparecido.
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Fue hasta el 18 de julio entre las 11 y 12 del día, cuando recibió una llamada por parte del Consulado Mexicano donde le indicaron sobre el hallazgo del cuerpo sin vida de una persona del sexo masculino en el rancho La Paloma y que probablemente era el de Alejandro, pero tenía que esperar alrededor de seis meses para identificar el cuerpo, pues la médico forense se encontraba saturada de trabajo.
Entre la desesperación y tristeza, Salma acudió a las autoridades de Chiapas el 6 de septiembre para solicitar una ficha de búsqueda, misma que fue replicada en el estado de Nuevo León, sin que hasta la fecha haya pistas de Alejandro.
Ante tal situación en el mes de octubre acudió a las oficinas de Protección al Migrante ubicada en la Torre Chiapas para solicitar ayuda, pero en el reporte que le enseñaron del supuesto hallazgo en el rancho La Paloma, solo se describen características de la persona, no hay fotografías del cuerpo ni de las pertenencias.
“Yo necesito saber que él es mi esposo, necesito la prueba de ADN y necesito yo personalmente ir y reconocer que sí sea él y hasta la fecha no sabemos nada de Alejandro Guillén, ni por parte del Consulado ni que él se haya reportado con nosotros”.
Explica que al principio intentó comunicarse de forma diaria al número de teléfono que llevaba su esposo, pero nunca tuvo suerte, pues la mandaba directamente a buzón, aunque a mediados del mes de agosto las llamadas entraban al teléfono por la madrugada sin que nadie respondiera.
Hoy Salma vive en la zozobra por saber que le pasó a Alejandro y por ello exige a las autoridades federales su intervención para “que se dé con el paradero de Alejandro, que se esclarezca todo esto, si el Consulado Mexicano sabe realmente dónde está y si es el cuerpo, pues que me diga, porque ya son cuatro meses, ya prácticamente el mes que viene va a ser los cinco y no sé nada, si es pues ya ni modo ¿no? sí es mi esposo pues que me digan para traerlo y darle su cristiana sepultura y si no es, que me ayuden a localizarlo, a poder dar con el paradero de él”.