En la frontera sur de México, se ha observado un preocupante trato hacia los migrantes procedentes de Centroamérica, Cuba, Ecuador y Venezuela, quienes tienen como objetivo alcanzar la frontera con Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. A pesar de que migrar es un derecho y no un delito, estos individuos se enfrentan a diversas dificultades y violaciones de sus derechos humanos mientras transitan por territorio mexicano.
Recientemente, un grupo de defensoras de migrantes de Centroamérica y México presentó el libro titulado "Frontera Abierta: La vida en dónde", en el cual se detallan los maltratos y abusos que los migrantes sufren desde el momento en que salen de sus países de origen hasta su llegada a Estados Unidos. Durante su estancia en México, se han documentado numerosos casos de violencia y vulneración de sus derechos, llegando incluso a perder la vida, mientras los embajadores y consulares de sus países de origen parecen no intervenir.
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Cristina Burneo Salazar, integrante del Colectivo de Corredores Migratorios, ha expresado su preocupación al respecto. En una entrevista, señaló que los migrantes, en su mayoría provenientes de Centroamérica, Ecuador, Colombia, Cuba y Venezuela, se ven obligados a emprender una peligrosa travesía en caravana hasta la frontera sur de México, donde continúan enfrentando maltratos y violaciones a sus derechos humanos.
"Los migrantes están en riesgo debido al cierre de las fronteras y la falta de documentos que les permitan permanecer en México. Las autoridades migratorias no los atienden, y esto está sucediendo aquí en México. La migración no se detendrá, simplemente se volverá más peligrosa. El trato que están recibiendo se está volviendo cada vez más difícil", enfatizó Burneo Salazar.
La integrante del Colectivo de Corredores Migratorios también destacó que los migrantes llegan a la frontera sur de México, pero no reciben la atención adecuada. Se ven obligados a esperar durante largos periodos para obtener los documentos necesarios que les permitan continuar su camino hacia la frontera con Estados Unidos. Esta demora se ha convertido en una cuestión de vida o muerte, ya que muchas personas han perdido la vida mientras esperan que se les otorgue un simple trámite burocrático durante su estadía en el país.
"Se han violado sus derechos humanos como migrantes, a pesar de que migrar es un derecho y no un delito. La humanidad se formó migrando, y el gobierno mexicano tiene la obligación de proteger la vida de estas personas que están migrando dentro del país. Sus vidas están en peligro, están siendo maltratados y como gobierno deben garantizar su protección", concluyó Burneo Salazar.
Ante esta situación alarmante, resulta fundamental que las autoridades mexicanas tomen acciones concretas para garantizar la protección de los derechos humanos de los migrantes y brindarles la asistencia necesaria durante su tránsito por México.
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