/ martes 7 de noviembre de 2017

ENTRE TEJAS

En 1997, siendo director de la Casa de la Cultura deComitán, me di a la tarea de organizar un festival artístico ycultural a semejanza de los que desde entonces despuntaban en elpaís, guardando por supuesto las proporciones. El Cervantino, eldel Centro Histórico de la Ciudad de México, las jornadasAlarconianas , en Taxco, Guerrero, o el célebre festival de DanzaJosé Limón, eran los modelos a seguir.

La idea era traer a Comitán y a Chiapas en general,lo más destacado del arte tanto del el país como del extranjero,tal cual ocurrió en las ediciones posteriores. Realizamos 5festivales BalúnCanán. El último, de manera independiente, sinapoyos gubernamentales, boicoteados, contra marea y viento, porquela vorágine de los supuestos cambios y la arrogancia de losresponsables de cultura en el Estado recién llegados no nospermitió continuar adelante.

Lo que en aquel entonces me inspiró para llevar acabo el Festival BalúnCanán fue el hecho de que si no podíamosllevar a los niños y jóvenes de Comitán al Palacio de BellasArtes en la ciudad de México, a la Sala OllinYollitzi, a lasdistintas salas de teatro, de concierto, cine, en el CentroCultural Universitario de la UNAM o al Centro Cultural del Bosque,del INBA, en Chapultepec, sí podríamos traer aquí, para losnuestros, los espectáculos y actividades culturales quedisfrutaban los capitalinos.

Siempre me ha parecido que el inequitativocentralismo, también en cultura, es abrumador y nos ha dejadodescobijados a los modestos provincianos. Pero a los más retiradosdel centro, peor,  padecemos las inclemencias de ser un paísperiférico y además estados y poblaciones doblementeperiféricas, alejados del “corazón” del país. Sin embargo,hubo mucho qué hacer. Trajimos conciretos de cámara a espaciosinusitados para la época: templos católicos, plazoletas,comunidades rurales, etc. Danza, teatro, cine, música, cuidando entodo momento también ofrecer el aspecto de formación ycapacitación artística para nuestros artistas y creadores localescon la realización de talleres y clínicas de los maestros quevenían: ejecutantes de violín, piano, cello, trompeta, sax,teatreros, literatos, etc.

Traigo esto a colación porque quería contarles queen aquel entonces, y lo recuerdo con un dejo de ternura por lascondiciones rudimentarias en que aún vivíamos,  todo el trabajode gestión debió realizarse por dos vías: uno, el presencial,haciendo horas y horas de antesala para solicitar los apoyos en lascoordinaciones nacionales de música, literatura, danza y teatrodel INBA óen aquel viejo edificio del Conaculta original queestaba en Av. Revolución y Copilco, en San Angel, al sur de laCiudad de México. 1997, Chiapas era novedad y viéndonos con unojo solidario y otras de conmiseración, era muy reciente el 94 ylos efectos del EZLN, nuestras solicitudes eran atendidas.

La otra vertiente eran las llamadas telefónicas paraconcertar la asistencia de los participantes a aquellos festivales;las largas conferencias con los funcionarios de cultura federales yestatales. Pero las cuentas de Telmex se abultaban demasiado y noeran menos costosas que los traslados.

Desde entonces muchas aguas han corrido bajo lospuentes y el mundo mismo se ha ido transformando. A muchasactividades nos hemos dedicado desde entonces, y,sin notarlo casi,han transcurrido 20 años. En el fondo, quizá somos los mismos,pero la impronta de la vida, del tiempo, de las experiencias, hanmarcado cada arruga que surca nuestra piel y nuestra alma. Y lasalegrías y los logros también.

 Ahora, cuando nos encontramos inmersos en laorganización del Primer Festival de cine documentalCentroamericano, a realizarse aquí en Comitán, del 23 al 25 denoviembre (face:chiapasfilmfest) ,el vértigo de la vida actual,tan diferente a aquella lejanísima del 97, resulta ser nuestroaliado. A la convocatoria abierta por las redes, la respuesta decineastas y documentalistas centroamericanos, ha sido avasalladora.Inclusive los hubo sudamericanos que querían participar. Ya habráocasión en las ediciones futuras de incluir un formato deinvitados especiales para cada país del Cono Sur.

La comunicación ha sido inmediata, algo antañoinimaginable. Entrecruzamientos de mails, de wapp, videollamadas,videoconferencias, han sido la materia de trabajo de estos últimosdías. Contamos ya con una depurada selección de documentales decada uno de los países hermanos que conforman Centroamérica.

Hay actividades que desde el 97 a la fecha, hancaído en desuso. Pero las hay las que obligatoriamente persisten yno debemos dejar perecer. La de promotor cultural es una de ellas.Mientras sea necesario seguir alimentando el espíritu y elintelecto, necesario será para nuestras comunidades quienes sedediquen a la academia, a la cultura, a la creación artística.Cada día me voy convenciendo de que el movimiento de sístole ydiástole, del ying y yang, del péndulo, no se detiene y de lamonstruosa globalización, usando sus herramientas, sus aportestecnológicos maravillosos –debemos reconocerlo igualmente-dentro del ámbito de la economía demercado, iremos pasandopaulatinamente de la aldea global a un recogimiento hacia nuestrosámbitos particulares, aldeanos, comunitarios, que nos haránreencontrarnos con nuestras raíces ancestrales.

Así es que esta comunalidad con Centroamérica, eneste punto geográfico estratégico que es Chiapas, y Comitán enparticular, habrán de ocurrir nuevas e insospechadas cosas queenriquezcan nuestra vida futura.Cada quien contribuya con sugranito de arena.

entretejas1@hotmail.com

En 1997, siendo director de la Casa de la Cultura deComitán, me di a la tarea de organizar un festival artístico ycultural a semejanza de los que desde entonces despuntaban en elpaís, guardando por supuesto las proporciones. El Cervantino, eldel Centro Histórico de la Ciudad de México, las jornadasAlarconianas , en Taxco, Guerrero, o el célebre festival de DanzaJosé Limón, eran los modelos a seguir.

La idea era traer a Comitán y a Chiapas en general,lo más destacado del arte tanto del el país como del extranjero,tal cual ocurrió en las ediciones posteriores. Realizamos 5festivales BalúnCanán. El último, de manera independiente, sinapoyos gubernamentales, boicoteados, contra marea y viento, porquela vorágine de los supuestos cambios y la arrogancia de losresponsables de cultura en el Estado recién llegados no nospermitió continuar adelante.

Lo que en aquel entonces me inspiró para llevar acabo el Festival BalúnCanán fue el hecho de que si no podíamosllevar a los niños y jóvenes de Comitán al Palacio de BellasArtes en la ciudad de México, a la Sala OllinYollitzi, a lasdistintas salas de teatro, de concierto, cine, en el CentroCultural Universitario de la UNAM o al Centro Cultural del Bosque,del INBA, en Chapultepec, sí podríamos traer aquí, para losnuestros, los espectáculos y actividades culturales quedisfrutaban los capitalinos.

Siempre me ha parecido que el inequitativocentralismo, también en cultura, es abrumador y nos ha dejadodescobijados a los modestos provincianos. Pero a los más retiradosdel centro, peor,  padecemos las inclemencias de ser un paísperiférico y además estados y poblaciones doblementeperiféricas, alejados del “corazón” del país. Sin embargo,hubo mucho qué hacer. Trajimos conciretos de cámara a espaciosinusitados para la época: templos católicos, plazoletas,comunidades rurales, etc. Danza, teatro, cine, música, cuidando entodo momento también ofrecer el aspecto de formación ycapacitación artística para nuestros artistas y creadores localescon la realización de talleres y clínicas de los maestros quevenían: ejecutantes de violín, piano, cello, trompeta, sax,teatreros, literatos, etc.

Traigo esto a colación porque quería contarles queen aquel entonces, y lo recuerdo con un dejo de ternura por lascondiciones rudimentarias en que aún vivíamos,  todo el trabajode gestión debió realizarse por dos vías: uno, el presencial,haciendo horas y horas de antesala para solicitar los apoyos en lascoordinaciones nacionales de música, literatura, danza y teatrodel INBA óen aquel viejo edificio del Conaculta original queestaba en Av. Revolución y Copilco, en San Angel, al sur de laCiudad de México. 1997, Chiapas era novedad y viéndonos con unojo solidario y otras de conmiseración, era muy reciente el 94 ylos efectos del EZLN, nuestras solicitudes eran atendidas.

La otra vertiente eran las llamadas telefónicas paraconcertar la asistencia de los participantes a aquellos festivales;las largas conferencias con los funcionarios de cultura federales yestatales. Pero las cuentas de Telmex se abultaban demasiado y noeran menos costosas que los traslados.

Desde entonces muchas aguas han corrido bajo lospuentes y el mundo mismo se ha ido transformando. A muchasactividades nos hemos dedicado desde entonces, y,sin notarlo casi,han transcurrido 20 años. En el fondo, quizá somos los mismos,pero la impronta de la vida, del tiempo, de las experiencias, hanmarcado cada arruga que surca nuestra piel y nuestra alma. Y lasalegrías y los logros también.

 Ahora, cuando nos encontramos inmersos en laorganización del Primer Festival de cine documentalCentroamericano, a realizarse aquí en Comitán, del 23 al 25 denoviembre (face:chiapasfilmfest) ,el vértigo de la vida actual,tan diferente a aquella lejanísima del 97, resulta ser nuestroaliado. A la convocatoria abierta por las redes, la respuesta decineastas y documentalistas centroamericanos, ha sido avasalladora.Inclusive los hubo sudamericanos que querían participar. Ya habráocasión en las ediciones futuras de incluir un formato deinvitados especiales para cada país del Cono Sur.

La comunicación ha sido inmediata, algo antañoinimaginable. Entrecruzamientos de mails, de wapp, videollamadas,videoconferencias, han sido la materia de trabajo de estos últimosdías. Contamos ya con una depurada selección de documentales decada uno de los países hermanos que conforman Centroamérica.

Hay actividades que desde el 97 a la fecha, hancaído en desuso. Pero las hay las que obligatoriamente persisten yno debemos dejar perecer. La de promotor cultural es una de ellas.Mientras sea necesario seguir alimentando el espíritu y elintelecto, necesario será para nuestras comunidades quienes sedediquen a la academia, a la cultura, a la creación artística.Cada día me voy convenciendo de que el movimiento de sístole ydiástole, del ying y yang, del péndulo, no se detiene y de lamonstruosa globalización, usando sus herramientas, sus aportestecnológicos maravillosos –debemos reconocerlo igualmente-dentro del ámbito de la economía demercado, iremos pasandopaulatinamente de la aldea global a un recogimiento hacia nuestrosámbitos particulares, aldeanos, comunitarios, que nos haránreencontrarnos con nuestras raíces ancestrales.

Así es que esta comunalidad con Centroamérica, eneste punto geográfico estratégico que es Chiapas, y Comitán enparticular, habrán de ocurrir nuevas e insospechadas cosas queenriquezcan nuestra vida futura.Cada quien contribuya con sugranito de arena.

entretejas1@hotmail.com

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