Durante el inicio de Semana Santa se tiene contemplado cada día un distinto color, para ello el Monseñor Rodrigo Aguilar, comentó en entrevista que de inicio de domingo de ramos se inicia con el color rojo, el cual representa la sangre de Cristo, mientras que los próximos días se van cambiando.
Ante ello expresó que estos colores litúrgicos juegan un papel crucial en las celebraciones religiosas, cada uno con un significado profundo que representa aspectos clave de la fe cristiana.
El color morado, utilizado durante los primeros días de la Semana Santa que aún son parte de la Cuaresma, simboliza la penitencia y la preparación espiritual. El Domingo de Ramos, sin embargo, marca el inicio de la Semana Santa y se viste de rojo para representar la sangre de Cristo derramada en la Cruz.
Del lunes al miércoles, el morado continúa siendo el color litúrgico, recordando la penitencia y la reflexión propias de la Cuaresma. El Jueves Santo, el color cambia a blanco, simbolizando la pureza y la solemnidad de las celebraciones de este día.
El Jueves Santo es especialmente significativo, ya que se celebra la institución de la Eucaristía y del sacerdocio, así como el mandamiento del amor fraterno. Durante esta jornada, se realiza una ceremonia solemne en la que se adora al Santísimo Sacramento, seguida de la tradicional visita a siete templos, que representa los siete lugares donde Jesús estuvo durante la Pasión.
Para aquellos que no pueden realizar la visita física a siete templos, se sugiere una visita prolongada a un solo lugar, uniéndose espiritualmente a la tradición de las siete casas. Además, el Jueves Santo incluye el lavatorio de pies, un gesto de humildad y servicio que Jesús realizó con sus discípulos.
En resumen, los colores de la Semana Santa no solo son una cuestión estética, sino que tienen un profundo significado simbólico que invita a la reflexión y la contemplación de los misterios de la fe cristiana