/ jueves 27 de mayo de 2021

Tu guía para el bien vivir | Trabajando con las sombras


Es cierto, el camino de la luz es lindo y brillante y esperanzador, parece que comenzando con cualquiera de las muchas doctrinas actuales, ya eres un ser iluminado, tu voz se torna suave, tu sonrisa bucólica y tus maneras amables, sonríes en lugar de sentir rabia, callas en lugar de gritar porque ya eres un ser de luz ¿No?

El problema con toda esa luz es que ocurre a costa de la represión no sólo emocional, sino de la sombra, los momentos oscuros que, nos guste o no, también nos forman y son parte del día a día aunque tu nueva luminosidad/espiritualidad insista en ignorarla.

La luz espiritual gurú de estos tiempos te vuelve amable con todos, menos contigo y claro es más sencillo sentirse luminiscente que trabajar las sombras, porque eso implica poner la vista en el lodo propio, aceptar que sentimos angustia, coraje, odio, envidia, temor, represión y ganas de reprimir.

Trabajar las sombras es arduo, difícil, doloroso pero ah, cómo se goza cuando avanzas. Es como quitar cochambre a un sartén y cuando al final lo logras y lo ves brillante, sientes gozo, hasta que se vuelva a ensuciar claro, pero será menos complicado porque ahora ya sabes cómo limpiarlo.

Así que estos son los pasos que puedes seguir si te decides a trabajar tus sombras y verdaderamente cambiar lo único que está en tus manos cambiar: A ti.

1.-Perdonate, a ti, no a quien te hizo daño, no a quien te insultó, sino a ti. Es mejor si por la noche, antes de conciliar el sueño, trabajas un recuerdo, algo doloroso que te cause dolor, rencor o ese conocido “nudo” en el estómago. Trar el recuerdo a tu memoria, el momento, el lugar, quién estaba, qué te dijo, qué dijiste, cómo te sentiste y entonces, cuando te invade el momento, haz un alto y di mentalmente: “Me perdono a mí misma. Hice lo que pude hacer en ese momento con lo que tenía a mi alcance”.

2.- Suéltalo, si en ese momento necesitas llorar, llora, si tienes la necesidad de escribir, hazlo, si quieres hablar y reclamarle a esa persona, hazlo escribiendo una carta que luego destruirás quemándola (el trabajo es para ti, no para las demás personas).

3.-Considera trabajar un momento a la vez, hazlo varias noches, hasta que al pensarlo, no duela más y sea sólo algo que pasó entonces, descansa y elige otro momento para trabajar.

Las sombras dan miedo porque nos han enseñado a temer a la oscuridad y sus habitantes pero, si lo piensas, venimos de la oscuridad, es Ella la que nos acompaña en el vientre materno, en su silencio profundo se gesta el cuerpo material que habitamos y las posibilidades que viviremos.

Es irónico, pero cuando te decides a hacer estos cambios, todo a tu alrededor cambia para mejor y entonces comienza tu verdadera iluminación pues la luz proviene de las sombras y es en las sombras, donde se encuentra el potencial así que no te asombres si en el proceso descubres nuevas habilidades o te fortaleces en otras, date la oportunidad de explorar el maravilloso universo que te habita.

Fb. Yo Soy Conciencia

Escríbeme: Wa 9623304060


Es cierto, el camino de la luz es lindo y brillante y esperanzador, parece que comenzando con cualquiera de las muchas doctrinas actuales, ya eres un ser iluminado, tu voz se torna suave, tu sonrisa bucólica y tus maneras amables, sonríes en lugar de sentir rabia, callas en lugar de gritar porque ya eres un ser de luz ¿No?

El problema con toda esa luz es que ocurre a costa de la represión no sólo emocional, sino de la sombra, los momentos oscuros que, nos guste o no, también nos forman y son parte del día a día aunque tu nueva luminosidad/espiritualidad insista en ignorarla.

La luz espiritual gurú de estos tiempos te vuelve amable con todos, menos contigo y claro es más sencillo sentirse luminiscente que trabajar las sombras, porque eso implica poner la vista en el lodo propio, aceptar que sentimos angustia, coraje, odio, envidia, temor, represión y ganas de reprimir.

Trabajar las sombras es arduo, difícil, doloroso pero ah, cómo se goza cuando avanzas. Es como quitar cochambre a un sartén y cuando al final lo logras y lo ves brillante, sientes gozo, hasta que se vuelva a ensuciar claro, pero será menos complicado porque ahora ya sabes cómo limpiarlo.

Así que estos son los pasos que puedes seguir si te decides a trabajar tus sombras y verdaderamente cambiar lo único que está en tus manos cambiar: A ti.

1.-Perdonate, a ti, no a quien te hizo daño, no a quien te insultó, sino a ti. Es mejor si por la noche, antes de conciliar el sueño, trabajas un recuerdo, algo doloroso que te cause dolor, rencor o ese conocido “nudo” en el estómago. Trar el recuerdo a tu memoria, el momento, el lugar, quién estaba, qué te dijo, qué dijiste, cómo te sentiste y entonces, cuando te invade el momento, haz un alto y di mentalmente: “Me perdono a mí misma. Hice lo que pude hacer en ese momento con lo que tenía a mi alcance”.

2.- Suéltalo, si en ese momento necesitas llorar, llora, si tienes la necesidad de escribir, hazlo, si quieres hablar y reclamarle a esa persona, hazlo escribiendo una carta que luego destruirás quemándola (el trabajo es para ti, no para las demás personas).

3.-Considera trabajar un momento a la vez, hazlo varias noches, hasta que al pensarlo, no duela más y sea sólo algo que pasó entonces, descansa y elige otro momento para trabajar.

Las sombras dan miedo porque nos han enseñado a temer a la oscuridad y sus habitantes pero, si lo piensas, venimos de la oscuridad, es Ella la que nos acompaña en el vientre materno, en su silencio profundo se gesta el cuerpo material que habitamos y las posibilidades que viviremos.

Es irónico, pero cuando te decides a hacer estos cambios, todo a tu alrededor cambia para mejor y entonces comienza tu verdadera iluminación pues la luz proviene de las sombras y es en las sombras, donde se encuentra el potencial así que no te asombres si en el proceso descubres nuevas habilidades o te fortaleces en otras, date la oportunidad de explorar el maravilloso universo que te habita.

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