En la Plaza Cultural y Artesanal Maya Zoque, en Chiapas, el grupo ambientalista Poxantun, representado por Antonio Hernández López, está llevando a cabo una importante labor: la producción de plantas medicinales en medio de condiciones climáticas adversas. A pesar del intenso calor, las altas temperaturas y la escasez de agua, este grupo sigue adelante con su misión de cultivar plantas en la sombra, en invernaderos y en suelos húmedos para generar diversos productos con valor agregado.
Antonio Hernández explica que estas plantas son transformadas en polvos triturados y mezclas para diferentes aplicaciones y consumos, desde la prevención y tratamiento de problemas de salud como el cólico y la regulación menstrual, hasta la mitigación del estrés, la ansiedad y la depresión, especialmente en tiempos de la pandemia de COVID-19.
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El experto destaca la importancia de la disciplina y la cultura de consumo en el éxito de los tratamientos con productos tradicionales, subrayando que la materia prima proviene de hábitats naturales en zonas indígenas con diversos climas. Desde hierbas rastreras hasta árboles de gran altura, las plantas medicinales son fundamentales para el tratamiento de una amplia gama de enfermedades y padecimientos.
Hernández invita a la población a conocer estos procesos y la diversidad de productos medicinales naturales disponibles, así como a comprender la importancia de la reforestación para mejorar las condiciones de los bosques y garantizar el abastecimiento de medicinas de calidad. La producción de plantas medicinales no solo beneficia a la población local, sino que también se comercializa en varios estados de México, atendiendo a una creciente demanda por soluciones naturales y tradicionales para problemas de salud.