Los movimientos migratorios están transformando los hábitos alimentarios en nuestro país. La llegada de población extranjera ha generado una integración progresiva de culturas culinarias diversas y la introducción de nuevos alimentos.
Para ellos en las escuelas han comenzado a enseñarle estas adecuaciones a los alumnos, con la finalidad de que a un futuro se adapten a nuevos cambios en la gastronomía.
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Diana Narcia, maestra de escuela secundaria, explicó que estas actividades están basadas en desarrollar en lo jóvenes el arte culinario, en donde actualmente por el flujo migratorio, los jóvenes se han tenido que adaptar a nuevos platillos que ofertan en la capital chiapaneca.
"Esto es para demostrar como en la vida diaria, realizaron la preparación de alimentos, ya que muchas veces pensamos que los jóvenes les falta edad para potencializar sus habilidades, en este caso de adaptación", indicó.
Uno de los aspectos más impactados son los acompañantes de la dieta tradicional, como bebidas, aperitivos, ensaladas y desayunos, que están experimentando una evolución significativa con ingredientes propios de las culturas de origen de los migrantes.
Esta realidad ha generado un debate en la sociedad entre preservar la gastronomía propia o adoptar nuevos alimentos y prácticas. Las dietas de los migrantes suelen basarse en alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, que varían según su país de origen.
El fenómeno de integración gastronómica refleja la diversidad cultural presente en nuestra sociedad y destaca la capacidad de la alimentación para unir y enriquecer comunidades.
