/ jueves 7 de septiembre de 2023

Salud en la Red | La salud mental una necesidad educativa real y prioritaria en los jóvenes

La pandemia ha tenido un fuerte y directo impacto sobre la vida de las personas, provocando un aumento paulatino de los problemas relacionados con la salud mental, tales como ansiedad, depresión, así como también la ideación suicida, pero en los jóvenes de entre 18 y 24 años ha tenido mucho mayor impacto ya que se han sentido mucho más agobiados, ansiosos y tristes desde que comenzó la crisis sanitaria –el encierro, la falta de socialización, entre otras cosas–, posterior a la crisis sanitaria –el miedo al retorno, la exigencia de un nivel académico que evidentemente tuvo un rezago, problemas económicos, entre otras–, y a eso le sumamos la necesidad de aceptación y el miedo al futuro, lo que resulta alarmante si observamos los resultados donde muestran que un 41.2 % presenta estados depresivos, mientras que el 28.9% presenta ideación suicida, lo cual demuestra que en esta población existe una relación entre la depresión e ideas suicidas.

En el marco de la conmemoración del día mundial para la Prevención del Suicidio, el 10 de septiembre de 2023, considerando un problema de salud pública mundial por el alarmante incremento de los casos de suicidio no solo en nuestro país, el Programa Nacional de Prevención del Suicidio (PRONAPS) a través de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONSASAMA), convocan a los profesionales de salud así como a cualquier persona interesada; a unirse a las transmisiones en vivo de las sesiones académicas que tendrán lugar de manera virtual, durante los días 7 y 8 de septiembre de 2023 en los canales y las redes sociales de las dependencias organizadoras, una labor extraordinaria ya que se pretende llegar a través de estos medios a todos los grupos etarios y sociales, sobre todo al que comprende la mayor estadística nacional que son los jóvenes.

“Crear esperanza a través de la acción”, es el tema trienal del Día Mundial para la Prevención del Suicidio de 2021-2023, este tema sirve como una poderosa llamada a la acción y como recordatorio de que hay una alternativa al suicidio y de que a través de nuestras acciones podemos alentar la esperanza y fortalecer la prevención; el suicidio es un problema importante de salud pública y mental con consecuencias sociales, emocionales y económicas de gran alcance, se calcula que actualmente se producen más de 700,000 suicidios al año en todo el mundo, y sabemos que cada uno de ellos afecta profundamente a muchas más personas y sus entornos familiares y sociales, por lo cual se requiere esfuerzos de detección y prevención, en especial en población adolescente y adulto joven. Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza, –acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida–, investigando sobre el tema y las acciones que realizan los sectores, me nace las siguientes interrogantes: ¿no valdría la pena coordinar esfuerzos en los diferentes sectores para tener un impacto mayor a un problema de salud pública que tiene tantas repercusiones en la sociedad?, ¿no serían más exitoso los programas de salud mental, si se integraran de manera obligatoria (preventiva) en la agenda de las escuelas y las empresas? Y ¿qué resultado tendríamos en este programa si las instituciones convocaran a unir esfuerzos a los organismos de la sociedad en general?.

Ante estas interrogantes, creo y siento, que las respuestas son más que claras, y que los organismos y las instituciones no deben perder el tiempo para sumar esfuerzos marcando objetivos claros y en conjunto en abordar tan importante tema ya que es evidente que la población lo solicita a gritos –silenciosos y desesperados– buscando ayuda, sobre todo cuando hablamos de las estadísticas que se manejan en los centros escolares y los centros laborales.

Él abordar la complejidad de las conductas de ansiedad, depresión y suicidas, comienza por identificar los factores de riesgo y de protección, estos factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual, es así que, recordando cuando por medio de la Fundación Red Salud y la Secretaria de Educación del Estado de Chiapas en el nivel medio superior convenimos trabajar de la mano para generar programas que pretenden enfocar a jóvenes en causas sociales con el fin de generar los beneficios que ya hemos explicado en la columna anterior publicada en este mismo medio “El voluntariado mejora la salud física y mental, los expertos en salud mental parecen conocer ya la respuesta”; iniciando platicas en las escuelas secundarias y preparatorias del estado de Chiapas, a lo cual agradecemos al Ing. Rafael Ovilla Álvarez, Director de Educación Media por su disponibilidad en sumar esfuerzos a este tan ambicioso trabajo; fue así que iniciamos realizando pláticas de jóvenes para jóvenes (con el grupo de Jóvenes Con Causa), en muchas de esas pláticas, una de las cosas que solicitaban y coincidían la mayoría de los jóvenes, era la orientación psicológica y la capacitación en el manejo de sus emociones para sus problemas existenciales –como refieren ellos–; si sabemos que entre nuestro principal problema se encuentran las barreras de acceso a la atención, y que de no ser atendidos suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida; es importante enfocar los esfuerzos en mitigar los factores de riesgo para reducir los medios de suicidio y potenciar los factores de protección para fomentar la resiliencia y la inteligencia emocional en jóvenes, así pudiendo reducir de manera eficaz las tasas de ansiedad, depresión y suicidio. Uno de los pasos a seguir de manera inmediata y urgente es aumentar el número de orientadores, psicólogos o docentes con conocimientos en este campo, para aprender problemáticas de gestión emocional, y la labor de estos profesionales deben realizarse en los centros educativos ya que es crucial para ayudar al alumnado a gestionar sus emociones y aportarles las herramientas necesarias para tratar de abordar sus problemas, también capacitar a jóvenes voluntarios para que sirvan de aliados en ayudar a otros compañeros escuchándolos, motivándolos y guiándolos en el proceso –esta comprobado científicamente que dar tareas a los jóvenes de importancia motiva e influencia a su círculo social mas cercano–; por ello, escuchar al alumnado es una de las cuestiones más importantes que se debe realizar, “muchos alumnos necesitan que alguien les escuche sin juzgar y que se sientan identificados al mismo nivel, después, con la guía profesional ayudarles a que identifiquen sus emociones.

Por todo lo anterior, nos queda claro, que es momento de trabajar en equipo, de manera coordinada con todos los sectores por el bienestar social a favor de los jóvenes, ya que no son el futuro de la sociedad, son el presente de una problemática social y de salud que esta generando consecuencias en cadena a la salud pública y a la economía del país.


Comentarios: direccion@rsalud.com.mx

La pandemia ha tenido un fuerte y directo impacto sobre la vida de las personas, provocando un aumento paulatino de los problemas relacionados con la salud mental, tales como ansiedad, depresión, así como también la ideación suicida, pero en los jóvenes de entre 18 y 24 años ha tenido mucho mayor impacto ya que se han sentido mucho más agobiados, ansiosos y tristes desde que comenzó la crisis sanitaria –el encierro, la falta de socialización, entre otras cosas–, posterior a la crisis sanitaria –el miedo al retorno, la exigencia de un nivel académico que evidentemente tuvo un rezago, problemas económicos, entre otras–, y a eso le sumamos la necesidad de aceptación y el miedo al futuro, lo que resulta alarmante si observamos los resultados donde muestran que un 41.2 % presenta estados depresivos, mientras que el 28.9% presenta ideación suicida, lo cual demuestra que en esta población existe una relación entre la depresión e ideas suicidas.

En el marco de la conmemoración del día mundial para la Prevención del Suicidio, el 10 de septiembre de 2023, considerando un problema de salud pública mundial por el alarmante incremento de los casos de suicidio no solo en nuestro país, el Programa Nacional de Prevención del Suicidio (PRONAPS) a través de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONSASAMA), convocan a los profesionales de salud así como a cualquier persona interesada; a unirse a las transmisiones en vivo de las sesiones académicas que tendrán lugar de manera virtual, durante los días 7 y 8 de septiembre de 2023 en los canales y las redes sociales de las dependencias organizadoras, una labor extraordinaria ya que se pretende llegar a través de estos medios a todos los grupos etarios y sociales, sobre todo al que comprende la mayor estadística nacional que son los jóvenes.

“Crear esperanza a través de la acción”, es el tema trienal del Día Mundial para la Prevención del Suicidio de 2021-2023, este tema sirve como una poderosa llamada a la acción y como recordatorio de que hay una alternativa al suicidio y de que a través de nuestras acciones podemos alentar la esperanza y fortalecer la prevención; el suicidio es un problema importante de salud pública y mental con consecuencias sociales, emocionales y económicas de gran alcance, se calcula que actualmente se producen más de 700,000 suicidios al año en todo el mundo, y sabemos que cada uno de ellos afecta profundamente a muchas más personas y sus entornos familiares y sociales, por lo cual se requiere esfuerzos de detección y prevención, en especial en población adolescente y adulto joven. Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza, –acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida–, investigando sobre el tema y las acciones que realizan los sectores, me nace las siguientes interrogantes: ¿no valdría la pena coordinar esfuerzos en los diferentes sectores para tener un impacto mayor a un problema de salud pública que tiene tantas repercusiones en la sociedad?, ¿no serían más exitoso los programas de salud mental, si se integraran de manera obligatoria (preventiva) en la agenda de las escuelas y las empresas? Y ¿qué resultado tendríamos en este programa si las instituciones convocaran a unir esfuerzos a los organismos de la sociedad en general?.

Ante estas interrogantes, creo y siento, que las respuestas son más que claras, y que los organismos y las instituciones no deben perder el tiempo para sumar esfuerzos marcando objetivos claros y en conjunto en abordar tan importante tema ya que es evidente que la población lo solicita a gritos –silenciosos y desesperados– buscando ayuda, sobre todo cuando hablamos de las estadísticas que se manejan en los centros escolares y los centros laborales.

Él abordar la complejidad de las conductas de ansiedad, depresión y suicidas, comienza por identificar los factores de riesgo y de protección, estos factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual, es así que, recordando cuando por medio de la Fundación Red Salud y la Secretaria de Educación del Estado de Chiapas en el nivel medio superior convenimos trabajar de la mano para generar programas que pretenden enfocar a jóvenes en causas sociales con el fin de generar los beneficios que ya hemos explicado en la columna anterior publicada en este mismo medio “El voluntariado mejora la salud física y mental, los expertos en salud mental parecen conocer ya la respuesta”; iniciando platicas en las escuelas secundarias y preparatorias del estado de Chiapas, a lo cual agradecemos al Ing. Rafael Ovilla Álvarez, Director de Educación Media por su disponibilidad en sumar esfuerzos a este tan ambicioso trabajo; fue así que iniciamos realizando pláticas de jóvenes para jóvenes (con el grupo de Jóvenes Con Causa), en muchas de esas pláticas, una de las cosas que solicitaban y coincidían la mayoría de los jóvenes, era la orientación psicológica y la capacitación en el manejo de sus emociones para sus problemas existenciales –como refieren ellos–; si sabemos que entre nuestro principal problema se encuentran las barreras de acceso a la atención, y que de no ser atendidos suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida; es importante enfocar los esfuerzos en mitigar los factores de riesgo para reducir los medios de suicidio y potenciar los factores de protección para fomentar la resiliencia y la inteligencia emocional en jóvenes, así pudiendo reducir de manera eficaz las tasas de ansiedad, depresión y suicidio. Uno de los pasos a seguir de manera inmediata y urgente es aumentar el número de orientadores, psicólogos o docentes con conocimientos en este campo, para aprender problemáticas de gestión emocional, y la labor de estos profesionales deben realizarse en los centros educativos ya que es crucial para ayudar al alumnado a gestionar sus emociones y aportarles las herramientas necesarias para tratar de abordar sus problemas, también capacitar a jóvenes voluntarios para que sirvan de aliados en ayudar a otros compañeros escuchándolos, motivándolos y guiándolos en el proceso –esta comprobado científicamente que dar tareas a los jóvenes de importancia motiva e influencia a su círculo social mas cercano–; por ello, escuchar al alumnado es una de las cuestiones más importantes que se debe realizar, “muchos alumnos necesitan que alguien les escuche sin juzgar y que se sientan identificados al mismo nivel, después, con la guía profesional ayudarles a que identifiquen sus emociones.

Por todo lo anterior, nos queda claro, que es momento de trabajar en equipo, de manera coordinada con todos los sectores por el bienestar social a favor de los jóvenes, ya que no son el futuro de la sociedad, son el presente de una problemática social y de salud que esta generando consecuencias en cadena a la salud pública y a la economía del país.


Comentarios: direccion@rsalud.com.mx

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