/ viernes 4 de agosto de 2023

Paradigmas | Agua, política y pobreza

Resulta incuestionable la importancia del agua para la vida, ¡sin agua no hay vida! Sin embargo, la conservación y administración sostenible y responsable de este vital recurso, dista mucho de alcanzarse, por lo que día a día el riesgo de una crisis del agua, y por ende social, resulta altamente posible. El tema del agua debe valorarse no sólo como un mero recurso, también es necesario y apremiante abordarlo desde el contexto político y social, ya que el primero administra el recurso y el segundo es el beneficiario-afectado, de ahí la necesidad de enfocar el análisis desde una perspectiva socioecológica. En este ejercicio, daré mayor énfasis al agua desde el contexto social y político, abusando que actualmente Tapachula vive un conflicto en el área encargada de administrar este valioso recurso a la población.

Una vez que el agua está lista, en cantidad y calidad, ésta debe ser distribuida apropiadamente a la población, para lo cual se requiere, en primer lugar, una infraestructura que sea funcional, para lo cual resulta primordial el personal técnico capacitado que mantenga y repare las fallas que puedan obstaculizar el abasto del agua a los hogares tapachultecos, este trabajo es realizado por las cuadrillas de trabajadores que a diario recorren la ciudad para atender las denuncias ciudadanas de fallas de abastecimiento, este grupo de trabajadores suele ser el eslabón más débil, pero el más valioso, en el proceso de suministro de agua. Más débil porque suelen tener los salarios y prestaciones más bajos de la plantilla laboral, además, suele ser el primer personal sacrificable (despedida) ante situaciones financieras difíciles de la empresa; sin embargo, son el personal más valioso al salir a trabajar a la ciudad a pesar de las inclemencias del clima (sol, calor, lluvias) y muchas veces enfrentando serios riesgos sanitarios al trabajar, en condiciones de inseguridad sanitaria, en la reparación del sistema de drenaje (aguas negras y grises principalmente) de la ciudad.

Si logramos comprender el escenario descrito, queda claro que el despido que COAPATAP ha realizado de trabajadores de cuadrillas, resulta además de preocupante (por reducir la plantilladle trabajadores que atienden las necesidades primarias de la población en el abastecimiento de agua en los hogares, como en la atención del sistema de alcantarillado), una verdadera injusticia al perder su de por si precaria fuente de ingresos, además de que la injusticia se potencializa al ser un secreto a voces que existe personal recomendado que poco aporta al organismo pero que tiene salarios onerosos, bien harían las autoridades encargadas de supervisar el funcionamiento adecuado de estas instituciones, de realizar una auditoria laboral.

Parece que la honestidad es un valor del que carece la gran mayoría de la clase política, y siempre es el eslabón más débil de la sociedad a quien más impacta esta deshonestidad. Valga así un respetuoso llamado a las autoridades del COPATAP y del Ayuntamiento para proveer a los ciudadanos toda la información necesaria que permita justificar, en primer término, el despido del personal de cuadrillas y el sostenimiento de personal recomendado; así como, el demostrar un uso eficiente de los recursos que ingresan al COAPATAP, pues al fin de cuentas, somos los ciudadanos los que sostemos dicho organismo.

Correo: vicente.castro@unach.mx



Resulta incuestionable la importancia del agua para la vida, ¡sin agua no hay vida! Sin embargo, la conservación y administración sostenible y responsable de este vital recurso, dista mucho de alcanzarse, por lo que día a día el riesgo de una crisis del agua, y por ende social, resulta altamente posible. El tema del agua debe valorarse no sólo como un mero recurso, también es necesario y apremiante abordarlo desde el contexto político y social, ya que el primero administra el recurso y el segundo es el beneficiario-afectado, de ahí la necesidad de enfocar el análisis desde una perspectiva socioecológica. En este ejercicio, daré mayor énfasis al agua desde el contexto social y político, abusando que actualmente Tapachula vive un conflicto en el área encargada de administrar este valioso recurso a la población.

Una vez que el agua está lista, en cantidad y calidad, ésta debe ser distribuida apropiadamente a la población, para lo cual se requiere, en primer lugar, una infraestructura que sea funcional, para lo cual resulta primordial el personal técnico capacitado que mantenga y repare las fallas que puedan obstaculizar el abasto del agua a los hogares tapachultecos, este trabajo es realizado por las cuadrillas de trabajadores que a diario recorren la ciudad para atender las denuncias ciudadanas de fallas de abastecimiento, este grupo de trabajadores suele ser el eslabón más débil, pero el más valioso, en el proceso de suministro de agua. Más débil porque suelen tener los salarios y prestaciones más bajos de la plantilla laboral, además, suele ser el primer personal sacrificable (despedida) ante situaciones financieras difíciles de la empresa; sin embargo, son el personal más valioso al salir a trabajar a la ciudad a pesar de las inclemencias del clima (sol, calor, lluvias) y muchas veces enfrentando serios riesgos sanitarios al trabajar, en condiciones de inseguridad sanitaria, en la reparación del sistema de drenaje (aguas negras y grises principalmente) de la ciudad.

Si logramos comprender el escenario descrito, queda claro que el despido que COAPATAP ha realizado de trabajadores de cuadrillas, resulta además de preocupante (por reducir la plantilladle trabajadores que atienden las necesidades primarias de la población en el abastecimiento de agua en los hogares, como en la atención del sistema de alcantarillado), una verdadera injusticia al perder su de por si precaria fuente de ingresos, además de que la injusticia se potencializa al ser un secreto a voces que existe personal recomendado que poco aporta al organismo pero que tiene salarios onerosos, bien harían las autoridades encargadas de supervisar el funcionamiento adecuado de estas instituciones, de realizar una auditoria laboral.

Parece que la honestidad es un valor del que carece la gran mayoría de la clase política, y siempre es el eslabón más débil de la sociedad a quien más impacta esta deshonestidad. Valga así un respetuoso llamado a las autoridades del COPATAP y del Ayuntamiento para proveer a los ciudadanos toda la información necesaria que permita justificar, en primer término, el despido del personal de cuadrillas y el sostenimiento de personal recomendado; así como, el demostrar un uso eficiente de los recursos que ingresan al COAPATAP, pues al fin de cuentas, somos los ciudadanos los que sostemos dicho organismo.

Correo: vicente.castro@unach.mx