/ domingo 1 de enero de 2023

Paradigmas | La piscina cálida del Pacífico Nororiental

Cuando hablamos del calentamiento global, casi siempre consideramos las altas temperaturas ambientales que sentimos y que se monitorean en tierra; sin embargo, desconocemos que el clima en el planeta está regulado por el océano (72 % del planeta es océano), al ser éste el que mayor calor recibe, absorbe (hasta mil veces más que la atmósfera) y distribuye en planeta.


Durante la COP 25 los integrantes de la mesa de Océanos al texto afirmaron: “No obstante, es menos conocido que el océano desempeña un papel fundamental en el equilibrio del clima global: lo regula, absorbiendo el calor y capturando el carbono, ambos generados por la actividad humana; además, produce el oxígeno que respiramos; alberga la mayor biodiversidad del planeta y representa corredores de migración para muchas especies marinas. Los efectos del cambio climático están afectando al océano y aunque parece ser demasiado grande y poderoso para enfermarse, las consecuencias de las actividades del ser humano ya las está experimentando el océano, hasta el punto de alterar las funciones que nos protegen y permiten el desarrollo de la vida”.


Si entendemos que la vida en el planeta está intensamente ligada al océano, entonces no podemos dudar que proteger el océano, es protegernos y proteger la vida en el planeta.


Ahora bien, el estudio del océano resulta extremadamente complejo, tanto por sus dimensiones como por sus complejas y múltiples (muchas aún desconocidas) interacciones. En esta contribución platicaré de un tema prácticamente desconocido, pero de alta relevancia e incidencia para Chiapas y Tapachula “La piscina cálida del Pacífico Nororiental (PCPNO)”. Dado que resulta raro cuando leemos de una “piscina” en el océano, es necesario aclarar que hablamos de una superficie, debidamente definida, del océano donde la temperatura del agua es de 28.5 °C o superior. La PCPNO forma parte de una piscina aun mayor, la piscina cálida del Hemisferio Occidental. Si bien la PCPNO no es permanente, desde que se comienza a formar, la porción marina frente a las costas de Chiapas forma parte de la piscina, y cuando alcanza su total amplitud, se extiende desde Centroamérica hasta las costas de Oaxaca-Guerreo, y se extiende hacia el océano hasta los 110° Oeste.


Pero la gran pregunta, ¿cómo afecta la PCPNO al clima de Chiapas y Tapachula?, la respuesta no es sencilla y seguramente aún hay mucho que saber antes de dar una respuesta completa, por lo pronto se ha comentado que la región de la PCPNO es conocida por su alta actividad ciclónica, y que una parte significativa de estos ciclones tropicales contribuyen con las precipitaciones del sureste de México, además de estar altamente correlacionada con las variaciones de El Niño y la Oscilación del Sur. Así, es incuestionable que la PCPNO tiene una clara influencia en el clima de Chiapas y Tapachula.


La otra gran pregunta, ¿qué esperamos en el futuro inmediato y mediato en Chiapas y Tapachula? Por una parte, es muy probable que la superficie de la piscina siga incrementándose significativamente, ya que en 2019 Roxy y colaboradores publicaron el estudio “La doble expansión de la piscina cálida del Indo-Pacífico deforma el ciclo de vida de MJO” donde demostraron que la piscina cálida del Indo-Pacífico se amplió entre los años de 1900-2018 a los años de 1981-2018, pasando de 230,000 Km 2 a 400,000 Km 2 , por lo que si la tendencia actual de incremento de la temperatura ambiental no se reduce, seguramente la PCPNO seguirá expandiéndose, con ello, las alteraciones del clima seguramente se intensificaran y por lo tanto todas las consecuencias vinculadas al calentamiento global y local.


Resulta necesario y urgente, ante la piscina cálida que tenemos frente a las costas de Chiapas y Tapachula, que las autoridades de los tres niveles de gobierno incrementen los fondos para investigación climática oceánica y continental; además, es imprescindible que las autoridades formen y coordinen grupos de trabajo multidisciplinarios e interdisciplinarios que puedan analizar, discutir y tomar decisiones que contribuyan a la mitigación y adaptación de las consecuencias del calentamiento global, pero sobre todo del calentamiento local.

Cuando hablamos del calentamiento global, casi siempre consideramos las altas temperaturas ambientales que sentimos y que se monitorean en tierra; sin embargo, desconocemos que el clima en el planeta está regulado por el océano (72 % del planeta es océano), al ser éste el que mayor calor recibe, absorbe (hasta mil veces más que la atmósfera) y distribuye en planeta.


Durante la COP 25 los integrantes de la mesa de Océanos al texto afirmaron: “No obstante, es menos conocido que el océano desempeña un papel fundamental en el equilibrio del clima global: lo regula, absorbiendo el calor y capturando el carbono, ambos generados por la actividad humana; además, produce el oxígeno que respiramos; alberga la mayor biodiversidad del planeta y representa corredores de migración para muchas especies marinas. Los efectos del cambio climático están afectando al océano y aunque parece ser demasiado grande y poderoso para enfermarse, las consecuencias de las actividades del ser humano ya las está experimentando el océano, hasta el punto de alterar las funciones que nos protegen y permiten el desarrollo de la vida”.


Si entendemos que la vida en el planeta está intensamente ligada al océano, entonces no podemos dudar que proteger el océano, es protegernos y proteger la vida en el planeta.


Ahora bien, el estudio del océano resulta extremadamente complejo, tanto por sus dimensiones como por sus complejas y múltiples (muchas aún desconocidas) interacciones. En esta contribución platicaré de un tema prácticamente desconocido, pero de alta relevancia e incidencia para Chiapas y Tapachula “La piscina cálida del Pacífico Nororiental (PCPNO)”. Dado que resulta raro cuando leemos de una “piscina” en el océano, es necesario aclarar que hablamos de una superficie, debidamente definida, del océano donde la temperatura del agua es de 28.5 °C o superior. La PCPNO forma parte de una piscina aun mayor, la piscina cálida del Hemisferio Occidental. Si bien la PCPNO no es permanente, desde que se comienza a formar, la porción marina frente a las costas de Chiapas forma parte de la piscina, y cuando alcanza su total amplitud, se extiende desde Centroamérica hasta las costas de Oaxaca-Guerreo, y se extiende hacia el océano hasta los 110° Oeste.


Pero la gran pregunta, ¿cómo afecta la PCPNO al clima de Chiapas y Tapachula?, la respuesta no es sencilla y seguramente aún hay mucho que saber antes de dar una respuesta completa, por lo pronto se ha comentado que la región de la PCPNO es conocida por su alta actividad ciclónica, y que una parte significativa de estos ciclones tropicales contribuyen con las precipitaciones del sureste de México, además de estar altamente correlacionada con las variaciones de El Niño y la Oscilación del Sur. Así, es incuestionable que la PCPNO tiene una clara influencia en el clima de Chiapas y Tapachula.


La otra gran pregunta, ¿qué esperamos en el futuro inmediato y mediato en Chiapas y Tapachula? Por una parte, es muy probable que la superficie de la piscina siga incrementándose significativamente, ya que en 2019 Roxy y colaboradores publicaron el estudio “La doble expansión de la piscina cálida del Indo-Pacífico deforma el ciclo de vida de MJO” donde demostraron que la piscina cálida del Indo-Pacífico se amplió entre los años de 1900-2018 a los años de 1981-2018, pasando de 230,000 Km 2 a 400,000 Km 2 , por lo que si la tendencia actual de incremento de la temperatura ambiental no se reduce, seguramente la PCPNO seguirá expandiéndose, con ello, las alteraciones del clima seguramente se intensificaran y por lo tanto todas las consecuencias vinculadas al calentamiento global y local.


Resulta necesario y urgente, ante la piscina cálida que tenemos frente a las costas de Chiapas y Tapachula, que las autoridades de los tres niveles de gobierno incrementen los fondos para investigación climática oceánica y continental; además, es imprescindible que las autoridades formen y coordinen grupos de trabajo multidisciplinarios e interdisciplinarios que puedan analizar, discutir y tomar decisiones que contribuyan a la mitigación y adaptación de las consecuencias del calentamiento global, pero sobre todo del calentamiento local.