Seguramente, estimado lector, ha usted escuchado en alguna ocasión a cerca del fenómeno de “El Niño”, pero sino ha sido así, procuraré darle un sencilla y clara explicación. En 1892 se tiene el primer registro de “El Niño”, realizado por el Capitán de Navío Camilo N. Carrillo, quien dio conocer que marinos de la ciudad peruana de Paita, habían detectado una corriente oceánica cálida cerca de las costas de Chile y Perú, la cual era más evidente después de la Pascua de Navidad, razón por la que se le bautizó como “El Niño”.
De acuerdo a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) El Niño/Oscilación del Sur (ENOS), “es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo”. “El Niño” es, en términos sencillos, el incremento de la temperatura del mar en el Pacífico tropical.
La OMM ha sido clara, las mayores variaciones climáticas del planeta están asociadas a las condiciones de los fenómenos de ENOS. En nuestra región las variaciones del clima suelen ser aumento de la temperatura y reducción de las lluvias. Se tiene estimado la posibilidad que “El Niño” se desarrolle entre mayo y junio en un 60 %, aumentando de 70 a 80 % de julio a septiembre del presente año.
Un punto de gran preocupación es que “El Niño” suele asociarse a un incremento de la temperatura ambiental, por lo que si se tiene en cuenta que el océano es el gran regulador del clima en el planeta y, que sin fenómeno del niño el océano entre marzo y abril del presente año rebasó el límite de temperatura registrado a la fecha, ahora deberemos sumarle el incremento de la temperatura por efecto de “El Niño”, es seguro que el escenario próximo futuro resulta altamente preocupante, particularmente para Tapachula y Chiapas, ya que no debemos olvidar que nos encontramos justo frente a la “Piscina Cálida” del Pacífico Oriental, un área anómalamente cálida, por lo que la magnitud de las consecuencias posibles (incremento de la temperatura ambiental y sequía) son aún inciertas.
Es apremiante que sociedad y gobierno (tres niveles) sumen esfuerzos para contribuir en la reducción de la magnitud de ENOS, del cambio climático y, particularmente en nuestra región, de la “Piscina Cálida”, ya que las consecuencias pueden ser altamente destructivas, no sólo en la infraestructura, sino también en el bienestar humano. Un breve video sobre el tema puedes verlo en: https://www.youtube.com/watch?v=WUkR1uh1hXE
Si te interesa conocer acercar de ENSO, el cambio climático y la “Piscina Cálida”, así como contribuir activamente en su mitigación, escribe a: vicente.castro@unach.mx seguro con algo podrás contribuir, es por ti, por tu familia, por todos, pero sobre todo, por las futuras generaciones, nuestros hijos, nuestros nietos.